jueves, 5 de abril de 2007

Populismo Perredista

RLB Punto Politico.

Jueces a Corte: grabaciones ilegales

Marín, exonerado por comisión judicial


El caso del gobernador Mario Marín dio un espectacular giro político al concluir la primera comisión investigadora de la Corte que la grabación con Kamel Nacif carecía de bases legales y por tanto el mandatario poblano quedaba fuera de cualquier investigación.

El Diario Oficial de la Federación publicó el pasado lunes 27 de marzo un largo documento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el caso Marín. La investigación de la comisión designada por la Corte tuvo tres conclusiones que acomodan el caso Cacho en su justa dimensión: el proceso judicial tuvo parcialidad en autoridades locales, la grabación del gobernador con el empresario fue ilegal e inconstitucional y por tanto no habrá investigación contra Marín y Cacho no tuvo malos tratos en su arresto.

La comisión judicial, además, se permitió recordarle a la Corte que la Constitución es la máxima ley y que no se pueden permitir flexibilidades que la contradigan. De hecho, revalidó el artículo 16 Constitucional que algunos ministros de la Corte habían conculcado al aceptar grabaciones ilegales como pruebas. El texto es fundamental para la restauración del Estado de Derecho (subrayados en el original):
“Asimismo, partiendo de la denuncia de las cámaras legislativas, estamos en presencia de otro hecho notorio que consiste en las supuestas conversaciones telefónicas entre el empresario José Kamel Nacif Borge con el Gobernador del Estado de Puebla Mario Marín y otras personas, que también fue de conocimiento público.

En relación a esto último, aunque la presente investigación es de naturaleza fáctica y en ese sentido, no se circunscribe a indagar sobre la vigencia o respeto al principio de legalidad, ni se limita a los actos de autoridad materializados documentalmente, consideramos, a reserva de lo que al respecto concluya el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al producir su dictamen, que las supuestas conversaciones telefónicas a las que se alude, es una prueba prohibida por contravenir lo dispuesto en el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que prescribe la inviolabilidad de las comunicaciones privadas.

En efecto, a pesar de su impacto mediático y lo revelador de su contenido, al haberse obtenido sin cumplir con los requisitos que establece la Constitución, en nuestro concepto, se traduce en una prueba ilícita, por consiguiente inadmisible en cualquier ámbito, pues de lo contrario implicaría convalidar un hecho que en sí, es ilícito desde la perspectiva constitucional.

La búsqueda de la verdad en defensa de la sociedad creemos, no justifica que se trastoquen valores fundamentales de la persona, como son, entre otros, el derecho a la intimidad, indispensable para que el hombre pueda desarrollar digna y libremente su personalidad en la sociedad en la que vive, sabiendo que cuenta con cierto espacio que no será intervenido o penetrado por alguien, debido a la confianza que tiene que el Derecho le garantizará y le protegerá su derecho a la intimidad al sancionar las conductas que vulneran su esfera privada.
El desarrollo tecnológico de los medios de comunicación y vigilancia ha puesto en evidencia que las violaciones a la intimidad no sólo son posibles de realizarse a través de intromisiones físicas sino también, por instrumentos de sofisticada tecnología.

Ante esa situación y en particular, por la importancia que tiene la lucha contra el crimen organizado, se consideró necesario regular a nivel constitucional lo relativo a las intervenciones de comunicación privada, para que desde ese plano se contemple la posibilidad de su uso para ciertos fines relacionados sobre todo con la justicia penal, con la taxativa de que su autorización debe provenir exclusivamente de una autoridad judicial federal, con la advertencia que de no cumplirse con los requisitos que al efecto se señalan, quienes las lleven a cabo serán sancionados penalmente y el resultado de la intervención de la comunicación carecerá de todo valor probatorio.

El derecho fundamental a la intimidad debe respetarse, tanto por las autoridades como por los gobernados, de manera que si las supuestas conversaciones entre el empresario Kamel Nacif y el Gobernador Mario Marín y con otras personas, se obtuvieran sin los requisitos que establece la Constitución, se estiman contrarias a Derecho, para efectos de esta investigación, a reserva de lo que al respecto dictamine el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por tanto, fueron inadmisibles, con independencia de los efectos mediáticos que hubieran provocado, pues así lo estimó la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el amparo en revisión 2/2000, del que derivaron las tesis:

COMUNICACIONES PRIVADAS.

LAS PRUEBAS OFRECIDAS DENTRO DE UN JUICIO CIVIL, OBTENIDAS POR UN GOBERNADO SIN RESPETAR LA INVIOLABILIDAD DE AQUELLAS, CONSTITUYEN UN ILICITO CONSTITUCIONAL, POR LO QUE RESULTAN CONTRARIAS A DERECHO Y NO DEBEN ADMITIRSE POR EL JUZGADOR CORRESPONDIENTE y COMUNICACIONES PRIVADAS. EL DERECHO A SU INVIOLABILIDAD, CONSAGRADO EN EL ARTICULO 16, PARRAFO NOVENO, DE LA CONSTITUCION FEDERAL, ES OPONIBLE TANTO A LAS AUTORIDADES COMO A LOS GOBERNADOS, QUIENES AL TRANSGREDIR ESTA PRERROGATIVA INCURREN EN LA COMISION DE UN ILICITO CONSTITUCIONAL.

Por Carlos Ramírez .

RLB Punto Politico.

La gran mentira socialista

La gran pregunta
es por qué éste es el tipo de gente que gana
las elecciones en la América Latina en el siglo XXI.


Miami (AIPE)- Diecisiete años después de la caída del Muro de Berlín, es impresionante e indiscutible el éxito logrado por los socialistas en América Latina, confundiendo y engañando a la gente. Dos de sus más flagrantes mentiras es que la libre competencia y el libre mercado favorecen a los empresarios en perjuicio de los pobres; la otra es que los gobernantes y burócratas siempre saben lo que más conviene a todos los ciudadanos, como si la población de un país fuese incapaz de pensar y actuar por sí mismos, seleccionar o decidir en base a sus propios gustos, intereses y ambiciones en la vida.

Para el socialista, el individuo no existe sino que forma parte de una masa amorfa y no-pensante a quien el gobierno tiene la misión cuasi-divina de alimentar, guiar, educar, manipular, cuidar, darle techo, curar y enterrar, asegurándose por encima de todo que no alboroten el pensamiento de los demás ni se hagan olas en contra de la verdad partidista.

Durante mucho tiempo se le ha dado el beneficio de la duda al socialismo, creyendo que el fin justifica los medios y que el burócrata es mejor persona que el comerciante o el inversionista. Pero la cruda realidad es que Perón, Kirchner, Castro y Chávez tienen tanto o más en común con Hitler y Mussolini que con Stalin y Mao. Sin embargo, los primeros se consideran pertenecientes a la extrema derecha y los últimos a la extrema izquierda, lo cual indica que los extremistas piensan y actúan de manera y con fines parecidos, endiosando al Estado y utilizando todo el poder gubernamental en destruir la libertad individual, los principios de la ética cristiana y todas aquellas actuaciones contrarias a “la verdad” emanada del palacio presidencial.

El socialismo latinoamericano del siglo XXI es la causa común de personajes con antecedentes tan disparejos como Hugo Chávez (teniente-coronel golpista, egresado de una escuela militar donde le enseñaron el comunismo que luego pulió en el Foro de Sao Paulo, a los pies de Fidel Castro), Evo Morales (indígena boliviano, impulsado al poder por la nefasta guerra contra las drogas de Washington) y Rafael Correa (comunista ecuatoriano, con un doctorado en economía de la Universidad de Illinois).

La gran pregunta es por qué éste es el tipo de gente que gana las elecciones en la América Latina en el siglo XXI. No pretendo saber toda la respuesta a tal pregunta, pero sí creo que parte de ella es que los extremistas latinoamericanos (los nuevos nazi-comunistas) están dispuestos a jugárselas todas, en parte porque no tienen nada que perder sino sus harapos, mientras que el premio de la victoria es la inmensa riqueza mal habida y el poder infinito de personajes como Chávez.

Quienes tienen mucho que perder son bastante más cuidadosos. Además, los grandes “capitalistas” latinoamericanos muy pocas veces creen en el capitalismo, si éste se define como libre comercio e igualdad ante la ley. Sus grandes fortunas no fueron hechas compitiendo con mejores productos y servicios en un mercado abierto, sino gracias a ventajas, protecciones, financiamiento barato y subsidios recibidos de gobernantes intervencionistas que repartían privilegios a sus amigos y “defendían” al país de importaciones baratas y de la competencia de empresas multinacionales. Y los ricos no hacían olas porque siempre podían viajar a Miami a comprar o disfrutar lo que no se ofrecía en su país.

Parece, entonces, que seguirá aumentando la fuga de cerebros y de mano de obra latinoamericana en la misma medida que se multiplican las restricciones a la libertad de empresa y así veremos crecer aún más el número de compatriotas no dispuestos a que su futuro sea determinado por un burócrata o el político de turno en el poder.
Por Carlos Ball.
Director de la agencia AIPE y académico asociado del Cato Institute.

RLB Punto Politico.

¡Socialistas las abejas!

Los humanos no podemos ser socialistas,
porque no tenemos lo que se requiere para lograrlo;
no tenemos cerebro de hormiga.
Nuestra naturaleza, nuestra información genética,
nos permite ser exitosos mediante
intercambios individualistas beneficiosos,
basados precisamente en la desigualdad.

A mis hermanos, hermanas y a muchos universitarios
que todavía creen en el socialismo.


Los científicos e investigadores que han prestado atención a las costumbres de los insectos sociales como abejas, hormigas, avispas y termitas se han impresionado ante la estrecha colaboración entre los individuos de una colonia, ante su laboriosidad,

devoción por el bienestar común y su aparente olvido de la individualidad propia.

Las observaciones sobre estos insectos efectuadas desde la antigüedad han permitido que los moralistas consideren la prudencia y abnegación de las abejas (Apis mellifera) y las hormigas (Linepithema humile) como ejemplos que el humano debiera de imitar. Sin embargo, avances recientes en el conocimiento de las diversas especies indican que la fuerte cohesión de cada individuo a la comunidad es, nada más y nada menos, que el resultado de su propia incompletitud. Es decir, su sentido de colaboración tiene su origen en el instinto de sobrevivencia que le indica al individuo la obligación de cumplir con su papel en el conjunto de la colonia como condición de vida.

De allí que el socialismo en estos animales es algo perfectamente lógico, está en la naturaleza, en la información genética de la especie. Hormigas y abejas son socialistas por naturaleza.

Si intentaran ser individualistas fracasarían, poniendo en riesgo la supervivencia de su especie. Por eso todos los sujetos se agotan hasta la muerte, muy rápidamente, en una vida anónima de la que no son conscientes.

Eso es socialismo. Y en esas especies ha funcionado perfectamente por millones de años. Los humanos no podemos ser socialistas, porque no tenemos lo que se requiere para lograrlo; no tenemos cerebro de hormiga. Nuestra naturaleza, nuestra información genética, nos permite ser exitosos mediante intercambios individualistas beneficiosos, basados precisamente en la desigualdad.

Intentar sociedades humanas antinaturales pone en riesgo nuestra supervivencia como especie, como ya quedó demostrado en el siglo pasado cuando decenas de millones de seres humanos fueron asesinados en la Unión Soviética en beneficio de una sociedad socialista que nunca se construyó.

Es bien sabido que en las antiguas repúblicas socialistas de Europa del Este o en las actuales como Cuba, Corea del Norte y Venezuela el "socialismo" es inculcado, indoctrinado, metido a fuerzas en las mentes de los habitantes. Sin embargo, estos aprenden pronto a diferenciar la realidad del mundo frente a la fantasía del paraíso socialista.

La realidad en la Cuba de hoy, por ejemplo, es que en el mercado negro existe el individualismo más salvaje el del “sálvese quien pueda”. La delación -sapeo entre los cubanos- a lo que se considere contrarrevolucionario o burgués no es de ninguna manera una conducta socialista, sino todo lo contrario y sin embargo es práctica corriente y generalizada como forma de sobrevivencia.

La razón, facultad que diferencia al hombre del resto de los animales, es la que identifica e integra la información captada por los sentidos, es la única herramienta del ser humano para percibir la realidad, su única fuente de conocimiento, su mejor guía para la acción y recurso básico para su desarrollo y bienestar.

El ser humano, todo ser humano, es un fin en sí mismo y no un medio para los fines de otros. El individuo debe de existir por su propio interés, sin sacrificarse él mismo por los otros pero sin sacrificar a los otros por su propia ventaja.

El actuar de acuerdo a su propio y racional interés y buscar su felicidad es el propósito irrenunciable de su vida.
Porque tenemos raciocinio somos seres humanos, no abejas, no hormigas.
Por Edgar Piña .
RLB Punto Politico.

¿Populismo mexicano?

La actitud del PRD
en el Congreso contribuyea consolidar
la cada vez más generalizada impresión
entre los electores que no representa
una opción política seria ni confiable,
con lo que coadyuva al suicidio político colectivo
que empezó su
excandidato presidencial con tanto empeño.


Termino la serie de análisis que he venido haciendo sobre el populismo en América Latina –con las interrupciones que las circunstancias imponen- con la pregunta de si el populismo en México está muerto tras la derrota de Andrés Manuel López Obrador y su subsecuente suicidio político.

La pandilla amlista y un PRD en pleno resquebrajamiento, han visto reducido el apoyo político que realmente tienen a alrededor de un 15% del electorado, con lo que difícilmente representan una amenaza a nivel nacional y aún en las elecciones estatales que ocurrirán este año.

Este hecho, sumado a un desempeño sólido y encomiable en el comienzo de la administración de Felipe Calderón, podrían hacernos abrigar la esperanza que las expresiones más extremas de la agenda populista hayan sido sepultadas dónde corresponden, en el basurero de la historia como decía Carlos Marx.

Sin embargo, algunas posiciones adoptadas por el Congreso, que ponen en entredicho su seriedad y congruencia, hacen abrigar dudas que otra versión de populismo, el de baja intensidad o populismo de la inacción, como lo definió Sebastián Edwards en Álamos XIV, se haya superado o esté en vías de hacerlo.

El párrafo anterior es deliberadamente ambiguo pues el Congreso ha actuado con responsabilidad y acierto en algunos casos, como al aprobar en comisiones la reforma al sistema de pensiones de los burócratas que acaba de aceptarse mientras esto escribo, y que se espera lo sea también en el pleno.

Pero en otros casos, como en la abigarrada propuesta del Senado de una ley para la reforma del Estado o su rechazo de la candidatura de Carlos Hurtado para la Junta de Gobierno del Banco de México, ha actuado conforme a lo requerido para permanecer ociosamente en el populismo de la inacción.

Hay que aclarar que cuando aludo al Congreso estoy excluyendo al PRD y sus satélites, que en lugar de aprovechar su lugar en las cámaras legislativas para avanzar una agenda propositiva, se dedican en exclusiva a intentar bloquear cualquier iniciativa seria.

La actitud del PRD en el Congreso contribuye a consolidar la cada vez más generalizada impresión entre los electores que no representa una opción política seria ni confiable, con lo que coadyuva al suicidio político colectivo que empezó su excandidato presidencial con tanto empeño.
Aunque esta es una excelente noticia para dejar atrás de una vez por todas el populismo patrocinado por buena parte de esa facción, no es razón suficiente todavía para concluir categóricamente que se han superado los obstáculos que conducen a la inercia del inmovilismo.

La única forma de exterminar el fantasma del populismo de la mente de los mexicanos, siempre en espera del fortuito regalo divino –o del gobierno, en su defecto- para resolver todas sus cuitas, es que el país tenga indudable éxito económico como el registrado en España, Chile e Irlanda, y para ello se requiere adoptar las reformas que lo permitan.
Por Manuel Suárez Mier .
RLB Punto Politico.