miércoles, 5 de agosto de 2009

Venezuela: represión a prensa + Viola Carta Democrática-OEA

El Hugo Chávez que ha invocado la Carta Democrática de la OEA para involucrarse en la crisis de Honduras es el mismo Hugo Chávez que ha ignorado la Carta Democrática de la OEA para instaurar la ley Especial contra Delitos Mediáticos que coarta la libertad de prensa en Venezuela.

La que pudiera considerarse la Ley Mordaza de Hugo Chávez representa un paso más de Venezuela hacia la dictadura fundamentalista unipersonal y militar.


Pero viola el artículo 4 de la Carta Democrática de la OEA que establece: “son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, la responsabilidad de los gobiernos en la gestión pública, el respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión y de prensa.”
La intención de Hugo Chávez es cubanizar el ejercicio de la libertad de prensa y de expresión eliminando a los medios privados a través de la criminalización de la crítica. Lo contradictorio es que Chávez penaliza la información presuntamente parcial de los medios privados, pero privilegia los medios públicos que sólo difunden la versión oficial y parcial de los hechos, como la cadena oficialista Telsur que sólo se dedica a ensalzar al Caudillo.

Asimismo, la Ley Mordaza de Chávez judicializa la información crítica porque dice tiende a generar “pánico en la población” y sus voceros han justificado la decisión con el argumento de que no quieren que en Venezuela se repita el incidente de 1938 de Orson Wells, cuando difundió en una radionovela la obra La guerra de los mundos, de H.G. Wells, provocando miedo en la sociedad de entonces porque supusieron que el planeta había sido invadido por extraterrestres. Chávez no quiere que los medios participen en del debate de la realidad sino que sólo reflejen la versión oficial de los hechos.

Conformada por 16 artículos, la Ley Mordaza de Chávez da personalidad legal al concepto de “delitos mediáticos” en la información. Se trata de criminalizar la crítica. Dice el artículo 4 de la Ley: “constituyen delitos mediáticos las acciones u omisiones que lesionen el derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, que atenten contra la paz social, la seguridad y la independencia de la nación, el orden público, estabilidad de las instituciones del Estado, la salud mental o moral pública, que generen sensación de impunidad o de inseguridad y que sean cometidas a través de un medio de comunicación social”.

Con esta caracterización, Chávez buscará castigar la información crítica y con ello judicializar la libertad de prensa porque corresponderá al gobierno señalar qué informaciones serían delitos de prensa. Con esta ley de delitos mediáticos, Chávez impedirá el libre flujo de la información en una etapa del desarrollo social en la que la libertad de prensa absoluta es garantía de democracia, como lo señala la OEA.

Lo grave de todo es que la Ley Mordaza de Chávez va a incumplir tratados internacionales de Venezuela. Esta contradicción será obvia: la Ley Mordaza-Ley de Delitos Mediáticos de Chávez establece en su artículo 1 la “conformidad con las disposiciones” de la Constitución, “las leyes y en los tratados, convenios y acuerdos suscritos y ratificados por la república”.

Chávez y Venezuela suscribieron la obligatoriedad de la Carta Democrática de la OEA que considera la libertad absoluta de prensa y de expresión como elementos de la democracia representativa. Las libertades de prensa y de expresión son consideras también por la ONU como uno de los más importantes derechos humanos de las sociedades. Por tanto, la Ley Mordaza de Hugo Chávez rompe con los compromisos democráticos firmados por Venezuela con la OEA y convierte a Venezuela en un régimen autoritario que no respeta las libertades de prensa y de expresión.
El problema de Chávez es que el ejercicio de la crítica en los medios ha logrado minar las bases políticas de su “revolución”. Al eliminar la crítica, Chávez busca disminuir la oposición a sus reformas, sacar a la calles a los disidentes y ahí reprimirlos. El objetivo final es que en Venezuela no existan medios de comunicación privados.

El artículo 6 de la Ley Mordaza de Chávez considera el hecho de que el manejo de las noticias puede generar “una falsa percepción de los hechos”, pero va más allá: Chávez asume que el manejo de la información crítica puede crear “una matriz de opinión en la sociedad”, además de que subordina las libertades de prensa y de expresión a los asuntos de “seguridad nacional, orden público o la salud mental o moral pública”. Por tanto, Chávez usa la Ley Mordaza coloca la libertad de prensa y de expresión en la línea de prisión de dos a cuatro años. La defensa de la “salud mental o moral pública” es un argumento típico de los gobiernos reaccionarios, fundamentalistas y dictatoriales. El tema de la “salud mental o moral pública” fue el central en la ideología de Hitler.

Si la OEA es un instrumento invocado por Chávez para “defender” la democracia en Honduras, entonces la OEA debe intervenir urgentemente para impedir la aprobación de la Ley Mordaza de Chávez porque viola la Carta Democrática.

Por Carlos Ramirez.

Post RLB. Punto Politico.

El Pemex de nadie

Lo que es de todos no es de nadie. Así que como nos dicen que el petróleo es de todos los mexicanos, el resultado ha sido que nadie se ha interesado en desarrollarlo de la manera que más nos beneficie a todos.
A nadie parece importarle mucho. Lo que es de todos no es de nadie. Y Petróleos Mexicanos, al ser supuestamente de todos, termina siendo de nadie.

Esta semana pasada se inició una investigación sobre la ordeña de ductos de gasolina de Pemex. Varios grupos de delincuentes han encontrado que es un gran negocio extraer la gasolina de estos ductos y venderla. El robo de gasolina cuesta hasta 20 mil millones de pesos al año a la paraestatal. Y el problema va en aumento.

No debería ser así. Hay un sistema tecnológico llamado Scada que puede impedir el robo ya que cierra en automático las válvulas de los ductos cuando se registra una baja de presión. El sistema es caro, pero podría pagarse en muy poco tiempo si realmente redujera los robos de gasolina de forma significativa.

Parte del problema, sin embargo, es que Pemex ha encauzado buena parte de su inversión a la producción de petróleo crudo y no a Pemex Refinación, que se encarga de las gasolinas. Hay una buena razón para ello. Pemex pierde dinero en la refinación y venta de gasolina, un negocio de centavos que requiere de una gran eficiencia. En contraste, la producción y exportación de crudo, un negocio de enormes márgenes, es rentable a pesar de la ineficiencia de Pemex.

La producción de petróleo crudo de nuestro país sigue a la baja. Nada más en el primer semestre del 2009 registró una caída de 7.5 por ciento. Entre 2004 y la primera mitad del 2009 el desplome es de 31 por ciento. La principal razón ha sido una caída muy rápida en el petróleo que se extrae del yacimiento de Cantarell.

Mientras esto ocurre, la empresa sigue distinguiéndose por ser la única petrolera del mundo que tiene pérdidas consistentes. En el primer semestre de 2009 Pemex registró una pérdida de 25,839 millones de pesos. En parte esta situación fue producto de un descenso importante en el precio del petróleo crudo, pero la cotización sigue siendo superior a la que se registraba hace apenas algunos años.

Otro factor que impide a la empresa tener ganancias es el abusivo cobro de impuestos que la Secretaría de Hacienda hace sobre los ingresos de Pemex. Ante los fracasos de gobiernos sucesivos por hacer una reforma fiscal realmente de fondo, Hacienda ha preferido saquear a Pemex. La medida, sin embargo, es miope. Equivale a utilizar un recurso natural no renovable para financiar el gasto corriente del gobierno.

Todos los esfuerzos por hacer una reforma fiscal que detenga el saqueo de Pemex han resultado infructuosos. Lo mismo ha ocurrido con los intentos por hacer una reforma energética que promueva la inversión. Hoy el gobierno está perdiendo tiempo y recursos para construir una refinería, que seguramente perderá dinero, en lugar de permitir que la iniciativa privada lleve a cabo la inversión no en una sino en varias refinerías mientras Pemex concentra sus recursos en la más rentable exploración de petróleo crudo. No hay dinero suficiente, mientras tanto, para hacer la inversión en un sistema Scada que impediría el costoso robo de combustible de los ductos de Pemex.

A nadie parece importarle, sin embargo. Lo que es de todos no es de nadie. Y como nos dicen que el petróleo es de todos los mexicanos, el resultado ha sido que nadie se ha interesado en desarrollarlo de la manera que más nos beneficie a todos.

Por Sergio Sarmiento

post RLB. Punto Politico.