Ebrard bucando virus en el agua
López Obrador manifestó que la influenza no existió y para ello mostró las conclusiones científicas a que había llegado --no lo dijo pero seguramente así fue-- algún “comité legítimo de salud del gobierno legítimo de la república legítima”: “que influencia ni que ocho cuartos”. Las autoridades científicas de México y el mundo, incluyendo algunos premios nobel y varios ex secretarios de Salud, carecieron de argumentos científicos para refutar el estudio de López Obrador, basado en conclusiones de los doctores más reputados de la galaxia.
Ya en lo político, López Obrador destapó la impostura de Ebrard, quien sometió a la ciudad de México a una severa cuarentena que impidió que los ciudadanos salieran de sus casas y suspendió actividades económicas durante varios días. López Obrador exhibió, pues, la farsa de Ebrard:
“Ebrard tiene una circunstancia muy especial. Él tiene que actuar independientemente de que existiera el problema. Ebrard gobierna bajo mucha presión. Si no hace nada, los medios se lo comen. Ésa es la realidad”.
Por tanto, López Obrador confirmó la hipótesis de que Ebrard metió al DF en una semana de pánico social y de cuarentena obligado sólo para evitar la crítica de los medios. De hecho, López Obrador definió la tesis nueve de la influenza como una conspiración mundial de los malos contra los buenos. El sitio http://www.pijamasurf.com/ publicó una lista de las ocho tesis de la teoría de la conspiración de la influenza:
1.- Fue culpa de Granjas Carrol, instalada en Las Glorias, Veracruz. Esta tesis fue difundida por La Jornada.
2.- Una maniobra del ex secretario de Defensa de Bush, Donald Rumsfeld, y “un grupo de poder”. Y todo para beneficiar a la empresa Gilead Science, inventora del antiviral Tamiflu y ex presidida por Rumsfeld.
3.- Fueron los iluminati. Aquí se incluye en la conspiración a George Shultz, secretario de Estado de Reagan. El ideólogo sería Henry Kissinger, quien llama a disminuir la población mundial y se entiende que los virus matan gente, sobre todo pobres, y entonces quedará un mundo para los ricos.
4.- El plan del virus fue fabricado en las reuniones del G-7 y en la reunión de Barack Obama con Felipe Calderón, porque “no existen casualidades”, aunque no hay ningún G-7.
5.- El virus nuevo de la influenza humana fue fabricado en un laboratorio, según una declaración de la ministra de Salud de Indonesia, apoyada por un programa de la televisión rusa de Vladimir Putin.
6.- La influenza fue rociada en el ambiente, a través de las “estelas de condensación de los aviones”. Se trata de una forma premeditada de alterar los genes de la población.
7.- La influenza humana es un virus genotípico de exterminación racial. La tesis se apoya en el hecho de que los únicos muertos han sido mexicanos.
8.- El virus es un truco de manipulación mediática y no existe. El verdadero virus, dicen sus promotores, es el “virus del pánico”.
La respuesta al pánico beneficia a los “grupos de poder”.
Y a estas ocho tesis de la teoría de la conspiración hay que agregar la 9 que aportó López Obrador con la seriedad del caso: el virus fue inventado por Marcelo Ebrard para evitar una campaña mediática en su contra que tenía el propósito de derrocarlo de la jefatura de gobierno del DF. Para confirmar su tesis, López Obrador presentó la argumentación que apoya su fórmula científica, a la que llegó casi igual a Einstein con su E=MC2., a partir del principio científico de “qué influencia ni qué ocho cuartos”.
La comunidad científica internacional, la “legítima”, obviamente, presidida por el doctor en ciencias Hugo Chávez, no las comisiones peleles que existen en el mundo, acaba de formar un grupo especial de estudios para encontrar su referencia matemática.
Por Carlos Ramirez.
Post RLB. Punto Politico.
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