martes, 19 de febrero de 2008

Narcoviolencia llegó al DF


Ya lo habían avisado. Ya se esperaba. Ya había indicios bastante serios. Pero nadie hizo algo para evitarlo. Y el DF, la ciudad de las esperanza gobernada por el PRD en función de los vicios corporativos del PRI, entró en la lista de ciudades afectadas por la narcoviolencia.

El gobierno capitalino puede culpar el gobierno federal de lo ocurrido. Que si es asunto federal, que cualquier cosa. Lo cierto es que en el DF se vive un escenario micropolítico de por qué el narcotráfico llega a apoderarse de una ciudad: el vacío político, económico, social y sobre todo de gobierno.
Los avisos fueron a tiempo. Las casas de seguridad de los narcos. El DF como territorio de paso de la droga.
Las narcotienditas. El aumento en el consumo. Es decir, todos los elementos que revelan la ruptura del tejido social y político de la capital de la república.
Marcelo Ebrard puede aventarle la culpa a quien quiera. Pero el gobierno de López Obrador falló en la cohesión interna y en la aplicación de medidas para evitar la consolidación de una estructura criminal en el DF. Es decir, fracasó el tejido social del PRD hecho gobierno. Lo grave es que Ebrard fue secretario de Seguridad Pública del gobierno de López Obrador. ¿No supo de la llegada de los narcos, no estableció vigilancia social para evitar que se estableciera, no recibió a tiempo las denuncias contra las primeras narcotienditas?
Nada hizo para evitarlo. Ahora el narco en el DF es un monstruo de mil cabezas, en una estructura de poder que rebasa -si no es que ha penetrado y cooptado- las estructuras policías y de seguridad. No pasa día en que no haya una banda de narcos detenida y en ella participe algún policía capitalino. Peor aún: el jefe del estado mayor de la policía judicial del DF, Ricardo McGregor, salió de la corporación bajo la sospecha de estar ligado con sicarios que querían asesinar al subprocurador federal José Luis Santiago Vasconcelos.

La lucha contra el narcotráfico no es sólo una responsabilidad de la PGR o del ejército, sino que involucra la corresponsabilidad de las autoridades locales.
Y sobre todo, de las estructuras políticas que tienen la obligación de blindar a la sociedad para evitar la penetración de las mafias de la droga.
La narcoviolencia llegó al DF.
El viernes estalló una bomba en las cercanías de Seguridad Pública capitalina. Lo de menos es interpretar el mensaje. Lo cierto y lo grave es que los gobiernos federal y capitalino han fracasado en mantener a la capital de la república blindada de los efectos nocivos del narcotráfico.
Ahora será demasiado tarde porque el narco ya se metió en los tejidos social, político, económico, de gobierno.
Por Carlos Ramírez
Post RLB. Punto Politico.

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