1.- Porfirio Muñoz Ledo, auto denominado jefe de las izquierdas mexicanas, operador político de López Obrador y flamante coordinador del Frente AMLO, aparece involucrado en la investigación de la represión de crímenes priístas del pasado. Muñoz Ledo fue asesor político de Díaz Ordaz y de Luis Echeverría en 1967-1970.2.- En los expedientes de la fiscalía foxista contra la represión priísta se consigna el apoyo indiscriminado de Muñoz Ledo, como secretario general del Seguro Social, consejero político de Echeverría en su carrera presidencial y miembro del comité de crisis de Echeverría para enfrentar la insurrección estudiantil de 1968. Se trata de un párrafo del discurso de Muñoz Ledo como priísta en una reunión de glosa del quinto informe presidencial, el de 1969 que justificó la matanza en Tlatelolco.
3.- El dato aparece en el tomo II del libro Represión y rebelión en México 1959-19875, de Enrique Condés Lara, editado por Porrúa y la Universidad Autónoma de Puebla. Condés, preso político en Lecumberri, miembro del Partido Comunista y guerrillero sandinista, fue el principal investigador de la fiscalía de investigación de la represión del pasado. En su libro, Condés registra --algo recordado un par de veces en Indicador Político-- el aval político de Muñoz Ledo a la represión en Tlatelolco y destaca Condés que Muñoz Ledo “calificó sin recato” al informe presidencial como “uno de los textos de mayor significación política” y como un “documento ideológico”. Fue el informe en el que Díaz Ordaz dijo que no se arrepentía de haber usado la fuerza contra los estudiantes. Una parte del texto de Muñoz ledo debe ser releído por perredistas que fueron encarcelados por Díaz Ordaz y hoy tienen a Muñoz Ledo de jefe político:
“Díaz Ordaz dijo, reiteradamente, que ninguna presión obligaría al gobierno a “mediatizar la soberanía de la nación”, y podemos añadir con justifica, que no permitió tampoco que se deteriorara la autoridad que el Estado ejerce sobre los intereses particulares que componen la comunidad mexicana”… “En ejercicio de su mandato, el poder ejecutivo tomó sus decisiones y la responsabilidad que asume es, al mismo tiempo, la reafirmación de la soberanía externa del Estado y de la supremacía del poder ejecutivo en el interior del país”.
4.- Por tanto, no hay que alarmarse con la convocatoria de Muñoz Ledo a “reventar el sistema político” (febrero de 2008) o para derrocar al presidente Calderón (agosto). Sus razonamientos hoy son de priísta. Muñoz Ledo quiere tumbar al gobierno panista para restaurar el PRI represor de Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo.
5.- Peor aún: si el presidente Calderón tomara la decisión de reprimir al PRD con la fuerza, no tendrá más que usar en un discurso los párrafos del priísta Muñoz Ledo para justificar la matanza de estudiantes en Tlatelolco.
6.- Por ello Muñoz Ledo se ha convertido en un caso no para la ciencia política o la gobernación sino para la siquiatría política. Su objetivo de derrocar al presidente Calderón se entiende sólo además por otra razón: Calderón es el único que se ha negado a darle chamba en el gobierno.
7.- Por eso Muñoz Ledo nunca pidió la renuncia de sus jefes: Díaz Ordaz lo hizo secretario del IMSS; Echeverría casi le entregó la presidencia por la complicidad de la represión y la corrupción; López Portillo lo echó de la SEP por sentirse presidente de la república pero Porfirio le suplicó una embajada; De la Madrid lo mantuvo de embajador; Salinas lo hizo cómplice en la operación política para hacer gobernador a Fox; luego Fox le pagó con una comisión con presupuesto y luego le dio chamba de embajador para hablar bien de Fox en Europa.
8.- Muñoz Ledo es una pieza del tablero insurreccional de López Obrador. Por tanto, guarda correspondencia con tres hechos de López Obrador para impedir la toma de posesión de Calderón y colocar un presidente interino: el plantón para alzar a la sociedad contra el resultado electoral, la orden a los legisladores del PRD para cerrar el palacio legislativo e impedir la ceremonia de toma de posesión y la introducción de bombas molotov para armar una pequeña revolución en el congreso.
9.- Y López Obrador prepara ya la siguiente maniobra que busca no sólo tratar de impedir la aprobación de un dictamen sobre reforma petrolera sino tumbar a Calderón: la llamada Operación Rosa Blanca, con toma de aeropuertos, carreteras, puentes internacionales, bancos. Una insurrección del lumpenproletariado lopezobradorista.
10.- El problema de Muñoz Ledo es que la edad le ha remarcado su tendencia a la mentira, a la incongruencia y al atropello. Se lo escribió el propio López Obrador apenas el 19 de mayo de este año, en el prólogo a su libro: “en los últimos tiempo lo he notado (a PML) más congruente, ha disminuido su tolerancia a la mentira, la desigualdad y el atropello”. Es decir, Muñoz Ledo, según López Obrador, era un mentiroso, incongruente y barbaján.
Así que no hay que preocuparse por Muñoz Ledo. Primero tiene que ser condenado a arresto domiciliario como Echeverría por la complicidad en la matanza de Tlatelolco y luego hablar en nombre de todas las izquierdas.
Por Sergio Ramirez.
Post RLB Punto Politico.
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