lunes, 26 de marzo de 2007
PRD cae arrastrado por lastre AMLO
AMLO y los medios
En media hora de conversación trataron varios aspectos de la antipáticamente llamada “agenda nacional”. Después de oír al tabasqueño, me tomé dos onzas de Melox en las rocas y definí el título de mi columna.
AMLO descubrió en la figura de las conferencias mañaneras una ventana gratuita no para hablar de los problemas de la metrópoli, sino para apuntalar su campaña a la Presidencia de la República desde los primeros años de gobierno al frente del D.F.
Sin embargo, a partir de ese momento, la balanza le empezó a resultar desfavorable. Se trató de un proceso gradual, justo es decirlo, pero muy evidente.
Aun así todavía los levantadedos al servicio del ex jefe de gobierno le dieron fast-track a la Ley Televisa. Pero a mediados de campaña, y pese a las múltiples advertencias, el candidato de la coalición (ahora FAP) se dio cuenta que no podía llegar vivo al 2 de julio sin mocharse con quienes lo inventaron.
Mi opinión es que además de soberbio, es cerril, porque sin renunciar a su lucha ante el presunto fraude, sin claudicar a sus “principios”, que ha demostrado no tener en muchas otras facetas de su vida pública, podría encabezar un movimiento opositor inteligente que sin duda nos hace falta. Sin embargo, todo indica que los dados ya están echados y más que un líder opositor, tendremos a un orador vociferante que se pasará seis años recorriendo el país oponiéndose a todo y dorándole la píldora al analfabeta funcional.
jueves, 22 de marzo de 2007
Dictadura, la violencia de minorías
Las expresiones de violencia perredista
Los comportamientos violentos de grupos controlados por el PRD o funcionales a liderazgos del perredismo se están convirtiendo en una prueba de fuego para la incipiente democratización y para la transición democrática. El PRD ha comenzado a demostrar que no es un partido de acuerdos y negociaciones, sino que es una organización de choque político dispuesta a reventar o a desprestigiar decisiones asumidas por alianzas entre otras fuerzas políticas.
En el fondo, el PRD ha probado que no es un partido de instituciones, porque sus organizaciones sociales están acostumbradas a moverse en el escenario de la intolerancia y la imposición, el chantaje y la concesión. El PRD ha decidido optar por el modelo APPO de Oaxaca: la violencia social y política para la instauración de un gobierno popular como Comuna.
Por eso los perredistas acuden a la violencia cuando pierden las batallas democráticas. La exhibición de violencia el martes en la Cámara de Diputados escaló el grado de confrontación y dibujó la imagen de una organización ajena a las deliberaciones democráticas. Se trata de un partido más inclinado a la dictadura que a la democracia.
Las manifestaciones de violencia política del PRD y de sus grupos afines acumula evidencias preocupantes: las agresiones contra el escritor Carlos Tello Díaz, los ataques a gritos contra Cuauhtémoc Cárdenas el 18 de marzo, las pintas en la Cámara de Diputados por la ley del ISSSTE, las agresiones verbales y físicas contra medios de comunicación críticos a López Obrador, las protestas violentas en la visita de Bush, los enfrentamientos de ambulantes perredistas contra la policía por desalojos y las que se acumulen en los próximos días.
En este contexto, ha llegado la hora de que el PRD defina su rumbo: un partido político dispuesto al juego democrático y respetuoso de la democracia representativa o una organización de lucha y de choque organizada para imponer su voluntad a través de la fuerza y la violencia y sin atender las reglas del juego democrático. Es decir, el PRD tiene ya que decidir su rumbo: o el democrático de Cuauhtémoc Cárdenas o el dictatorial de Andrés Manuel López Obrador.
El PRD ya no puede seguir escurriendo el bulto de la democracia. Como partido institucional estuvo a punto de provocar en diciembre pasado una gravísima crisis constitucional al intentar evitar la toma de posesión de Felipe Calderón como presidente de la república.
Los espacios del PRD son muy estrechos. Pero sus objetivos son amplios. López Obrador demostró que no compitió por la presidencia de la república sino que participó en las elecciones del 2 de julio como una instancia latosa e incómoda para acceder al poder.
RLB Punto Politico
miércoles, 21 de marzo de 2007
El concepto de autoridad y el petate del muerto
Escribir lo anterior me lleva a pensar que vivo en el país equivocado y como yo sí creo en la necesidad de una autoridad y en la utilización de la fuerza pública para hacer cumplir la Ley, pues no seré mexicano por idiosincrasia, pues para muchos esta justificado tanto el “México bárbaro” como el “México de Avanzada” que significan, respectivamente, la Ley de la Selva o el abrazar los conceptos internacionales de regulación más caros del mundo, como el protocolo de Kyoto, por ejemplo.
Pero lo cierto es que parece que hay síntomas muy claros de descomposición de la convivencia social, particularmente en el sentido de conceptos mucho más amplios como la relación entre regulación y sanción, gobierno y gobernados, impuestos y prestaciones, costo y beneficio, delito y sanción, estado y gobierno, entre muchas otras que nos llevan a pensar si lo que está mal no es el sistema mismo y por ello las mayorías deciden fabricarse su propio país y vivir así, pues total nadie nos va a cobrar impuestos, nadie nos va mandar a quitar, nadie me va a hacer cumplir con la Ley.
La verdad es que se ven varias cosas en este fenómeno, de una autoridad que no asume su papel y en esa sociedad que ve la autoridad que algo muy lejano que despacha en la ciudad de México mientras el policía me extorsiona en la esquina.
Doña sociedad civil
La inseguridad es una expresión negativa de los gobiernos y carece de ideología.
Se trata de un acto de violencia contra los ciudadanos. Y si una de las funciones que definen —nuevamente Gramsci: el Estado se asume por el monopolio de la fuerza— el carácter del Estado es justamente la protección de la sociedad ante la delincuencia, entonces el problema no es de ricos y pobres sino de eficacia o ineficacia del Estado.
Lo grave de la actual fase de inseguridad es que ha tocado las fibras más sensibles de los sectores más favorecidos. Las quejas de los pobres difícilmente se escuchan. Los secuestros afectan a los ciudadanos con relativo, mucho y exagerado poder adquisitivo. Por tanto, la capacidad de respuesta de las clases medias y altas ante la inseguridad ha obligado siempre a los gobiernos a atender la multiplicación de la delincuencia.
La capacidad de protesta de las clases medias y altas siempre ha logrado movilizar a los gobiernos y a los Estados. Las instituciones tradicionales de organización de la sociedad han sido rebasadas por las quejas ciudadanas. Los partidos son apéndices de gobiernos, grupos o caudillos.
Los parlamentos responden a alianzas de grupos y difícilmente se preocupan por sus electores. Las instancias intermedias entre sociedad y gobierno no son tomadas en cuenta.
Sin capacidad de representación, la sociedad sin partidos y con ideologías múltiples y hasta polarizadas se organiza cuando tiene cosas qué decir.
La metáfora de la última novela de José Saramago, Ensayo sobre la lucidez (editorial Alfaguara), muestra cómo la ficción es una expresión de la realidad. La historia es sencilla: en unas elecciones municipales, partidos y gobierno se encuentran con 70% de los votos en blanco. En la repetición de las elecciones los ciudadanos aumentan a 85% votando en blanco.
Sin conspiraciones sin ponerse de acuerdo, los ciudadanos condenan a la sociedad política de los partidos.Lo grave es la sordera de los políticos. Ante la megamarcha del domingo 27 de junio el PAN se puso al lado de los quejosos sin preocuparse que el blanquiazul es el gobierno federal.
El perredista Andrés Manuel López Obrador acreditó la movilización a la ultraderecha y su operador Martí Batres declaró que había sido un pinochetazo cacerolero.
Y el PRI se hizo el desentendido del hecho de que la delincuencia fue una herencia de la fase gangsteril del largo reinado tricolor.
La marcha sí fue una expresión de la sociedad civil. No tuvo colores ni facciones ideológicas. Estuvo formada por ciudadanos afectados por la inseguridad. Criticó a los gobiernos ineficaces.
Y rebasó a los partidos. Había pobres y ricos, de izquierda y de derecha, del PAN y del PRD, pero todos englobados en el concepto de sociedad sin militancia más que como sociedad.
Señala el politólogo José Fernández Santillán, traductor, biógrafo y alumno de Norberto Bobbio, en su libro El despertar de la sociedad civil (editorial Océano), que “el auge del tema ‘sociedad civil’ es producto de esas luchas masivas registradas en la década de los ochenta contra los regímenes comunistas, en íntima relación con la demanda democratizadora y la apertura de espacios donde se pudiera ejercer libremente la discusión y la crítica”.
“La resistencia civil aumentó conforme la gente se dio cuenta que el Estado había caído en manos de una oligarquía y de la convicción de que la sociedad todavía poseía la capacidad para autoorganizarse”.
¿Cuál ultraderecha, pues?
Por Carlos Ramírez
RLB punto politico
El Proyecto de Nación, La izquierda y la derecha.
La izquierda y la derecha son las dos corrientes fundamentales
Nótese que ambas, izquierda y derecha hablarán de que quieren lo mejor para la sociedad. Ambas buscan erradicar la pobreza, marginación y atraso, pero tienen distinto método. Comprender la metodología de cada filosofía nos puede ayudar a entender sus propuestas, sus proyectos y adónde quieren conducir a la sociedad.
El conjunto de propuestas de cada corriente de pensamiento pasa a formar el Proyecto de Nación, es decir, qué tipo de país se quiere construir.
Veamos un ejemplo del tipo de solución que da cada corriente. Pensemos en el problema de la pobreza.
La izquierda concibe que la pobreza es consecuencia de que haya ricos.
La derecha, por otro lado, concibe que hay una pobreza artificialmente creada, como resultado de fuerzas políticas que no dejan funcionar eficientemente a los mercados. Si la gente fuera libre de comerciar, producir, contratar trabajadores, vender al mejor postor y comprar donde es más barato, no habría tanta pobreza.
Más aún, la derecha concibe que mientras haya mercados libres, la pobreza juega un papel virtuoso pues aquél individuo pobre se ve impulsado a usar todo su talento para salir de su precaria situación económica: Pedirá prestado (dejando sus huaraches en garantía) y comprará naranjas, las revenderá en forma de jugo o golosinas para pagar el crédito y ganar.
La derecha tiene como Proyecto de Nación construir un país capitalista donde todos tengan la libertad de entrar al juego. No garantiza que a todos les irá bien, pues eso depende de muchos factores, pero nadie está impedido de “probar suerte”.
La izquierda promete un Proyecto de Nación donde el gobierno, el congreso o el líder sea quien organice a la sociedad, administre los recursos naturales y humanos a fin de que las empresas del Estado produzcan todos los bienes que el gobierno repartirá en la población, dando a los viejitos, niños, jóvenes, hombres y mujeres lo que necesiten para llevar una “vida digna”.
La izquierda pugnará por incrementar los impuestos y el control de los negocios; la derecha, por reducir los impuestos y eliminar reglamentos para que las empresas sean más libres.
México, en 2006, estuvo a punto de resbalar hacia un proyecto de izquierda y todavía no se ve claro si abrazará un proyecto de derecha donde se permita que funcione una economía de mercados libres.
Por supuesto, existe la tercera vía donde un país no es de izquierda, no es de derecha, sino todo lo contrario. Son los indefinidos que carecen de rumbo y se van para donde el viento los arrastre.
Por Santos Mercado
RLB Punto Politico
La empresa privada no es el Estado, Slim - poder y pobreza de la riqueza
La diferencia entre Gates y Slim radica en el factor de su éxito empresarial. El estadunidense tuvo la suerte de quedarse con el modelo de cómputo de una empresa que prefirió el camino de las fotocopiadoras. En tanto que el mexicano es un empresario audaz y agresivo pero el detonador de su impresionante fortuna fue Teléfonos de México, una empresa estatal privatizada en el sexenio de Carlos Salinas.
Por eso es que Gates no tiene problemas para seguir acrecentando su fortuna y darle un espacio a las actividades filantrópicas, sobre todo porque el sistema económico de los Estados Unidos califica muy bien la filantropía. En México, en cambio, Slim parece a veces agobiado por la incomprensión hacia su fortuna porque el grado de desigualdad social mexicana es bastante limitado para la filantropía.
Lo malo para Slim es la contradicción implícita en sus enfoques: sus empresas dependen del control del mercado y de una estructura de precios orientada a utilidad privada y por tanto su filantropía resulta a veces menos efectista que el papel de los precios de los servicios de sus empresas en una estructura productiva escasamente competitiva.
Asimismo, Slim habrá de cargar para siempre el caso de Telmex. La conferencia de prensa del lunes fue agobiante en inquisiciones sobre el proceso de privatización de Teléfonos de México y los señalamientos de cierto favoritismo de Carlos Salinas. Pero el asunto carece de solución: aún cuando se investigue a fondo y se pruebe fehacientemente --en caso de haber sido así-- que la asignación de Telmex no tuvo irregularidades, la sospecha social seguirá insistiendo en que el proceso tuvo hoyos negros.
Los programas filantrópicos de Slim son importantes y hasta impresionantes. Pero siempre serán insuficientes. No hay aún mecanismos empresariales de programas contra la pobreza que puedan ayudar al Estado a combatir la desigualdad. De ahí que la lucha por los espacios mediáticos sea siempre adversa a los empresarios. Y por tanto, la empresa privada con grandes excedentes debería de buscar nuevos nichos de ayuda a pobres pero más allá de fundaciones o institutos.
El Estado mexicano ha demostrado una insuficiente cobertura de sus programas sociales. Hay espacios de participación en atención a enfermedades de la pobreza, males infecciosos, déficit de computadoras en escuelas, analfabetismo, remodelación de escuelas, alimentación en centros escolares, condiciones paupérrimas en viviendas rurales y muchas otras.
Las empresas privadas con excedentes deben, en escenarios sociales apretados como México, pasar de la filantropía a la política social.
El problema de Carlos Slim ha sido la balconeada anual que hace la revista Forbes.
Este año Slim subió al tercer lugar en riqueza personal, con cuarenta y nueve mil millones de dólares. A diferencia de Gates que se ha estancado en una especialidad, Slim ha sido bastante agresivo para los negocios. Por tanto, muy pronto estará en el primer lugar.
Y en un país marcado por la desigualdad, resulta que el éxito se va a convertir en una marca negativa.
La única manera de equilibrar la atención mediática hacia una fortuna económica multimillonaria radica en la aportación de formas más audaces de participación. A Slim le hace falta promover nuevos empresarios, de preferencia pequeños y medianos, a través de fondos especiales que el gobierno ha cancelado por razones presupuestales.
El Pacto de Chapultepec tocó los puntos sensibles de la crisis pero se quedó en una oferta mediática. Pero ahora más que nunca se requiere sacar el debate de la crisis del desarrollo de los espacios tradicionales de la política. Los empresarios tienen la gran oportunidad de contribuir a la discusión de uno de los principales problemas nacionales: el planteamiento de opciones para el desarrollo. Y convertir su riqueza en un detonador del desarrollo, alejándolo de la cuantificación acumulada.
Por Carlos Ramírez
Politicamente, redefinir izquierda y derecha
Es necesario adoptar definiciones claras a fin de distinguir el color de los discursos o de las medidas políticas y económicas.
Una de las tareas básicas de las ciencias naturales y sociales consiste en proporcionar definiciones precisas. Con las definiciones se evitan las confusiones pues se sabe de qué se está hablando. Por ejemplo, si se define que un gato es un animal que tiene cuatro patas, dos orejas y hace “miau”, esta definición servirá para que, cuando veamos un animal con cuatro patas, dos orejas y hace “guau-guau” no lo confundamos con un gato.
Hay una gran confusión cuando se habla de derecha e izquierda por falta de definiciones. Algunos autores se pasan la vida explicando que izquierda y derecha tiene que ver con las sillas que ocupaban los parlamentarios franceses siglos atrás; otros dicen que la izquierda es la corriente que se preocupa por la suerte de los pobres y que la derecha aboga por los intereses de los ricos, como si fueran intereses irreconciliables. Se han creado estigmas sin fundamento y glorificaciones sin mérito de tal forma que la nube de la confusión se hace cada vez más grande. Es necesario adoptar definiciones claras a fin de distinguir el color de los discursos o de las medidas políticas y económicas que se adoptan en un país.
La definición de izquierda y derecha requiere del concepto de propiedad privada. Se puede decir que un individuo posee propiedad privada sobre, digamos, una bicicleta, si este individuo tiene el derecho de intercambiarla (por dinero u otro objeto), de usarla a manera de garantía (por algún préstamo, por ejemplo), de regalarla o destruirla si así lo desea, y todo esto sin que exista un tercero que lo impida, norme o controle. Estas cuatro acciones definen con precisión el concepto de propiedad privada. Basta que uno de los requisitos no se cumpla para que quede deteriorado el concepto de propiedad privada.
Armados con la definición de propiedad privada ya podemos pasar a la definición que nos interesa.
La izquierda la podemos definir ahora como la corriente filosófica, política o económica que cree, aboga y lucha por construir un mundo sin propiedad privada.
La derecha, por el contrario, cree que es mejor construir el mundo con base en la propiedad privada.
Con esta definición se puede entender muy bien el antagonismo entre izquierda y derecha pues abogan por principios diametralmente opuestos. Uno quiere que se respete la propiedad privada, el otro quiere destruirla.
La izquierda tiene una enorme cantidad de grandes pensadores. El más representativo es Carlos Marx donde de manera clara propone en su “Manifiesto del Partido Comunista” que quede abolida la propiedad privada para formar una nueva sociedad (sin propiedad privada). Otros pensadores de izquierda fueron Federico Engels (a pesar de que era un empresario), Vladimir Illich Lenin, José Stalin, Pierre Joshep Prouhdon, Mao Zedong, Charles Bethelheim, Rosa Luxemburgo, León Trotski, Oscar Lange, John Maynard Keynes, Eduardo Galeano, Norberto Bobbio. Nótese que estos autores nunca abogaron por defender el principio de propiedad privada, al contrario, la consideraban como un mal de la sociedad, un engendro del diablo que había que eliminar.
La derecha también ha tenido sus propios teóricos. Los más representativos son Richard Cantillon, Federich Bastiat, Juan Bautista Alberdi, Carl Menger, Bhom Bawerk, Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek, Milton Friedman, Murray Rothbard, Hans Herman Hoppe, Jesús Huerta de Soto. Es posible que estos mismos autores nunca se hayan autodenominado “pensadores de derecha” pero todos ellos abogaban por la defensa de la propiedad privada como pilar de una sociedad civilizada.
También podemos distinguir a los gobiernos de derecha de hoy en día, como el de Irlanda, Nueva Zelanda, Hong Kong y China que están tratando de reconstruir a la sociedad en base al respeto a la propiedad privada: desreglamentan, privatizan, reducen impuestos, etc.
Los gobiernos de izquierda más representativos son el de Corea del Norte, Cuba, Bolivia, Venezuela que tratan de destruir la propiedad privada: incrementan impuestos, imponen reglamentos, nacionalizan y tratan de dejar todo en manos del Estado.
Por cierto, el mundo está gobernado por la izquierda en más del 80%, la derecha apenas se asoma. También hay que reconocer que hay gobiernos que caminan a oscuras y se hacen llamar de centro para mostrar su indefinición.
En resumen, para saber si una política, propuesta o anhelo es de derecha o de izquierda basta saber qué posición adopta frente al concepto de propiedad privada. Incluso, si quiero saber si soy de derecha o de izquierda es suficiente preguntarse uno mismo: Si respeto la propiedad del prójimo, soy de derecha, si trato de destruir la propiedad de los demás, sin duda, soy de izquierda.
Por Santos Mercado
RLB Punto Politico
jueves, 15 de marzo de 2007
PRD-Bush, una izquierda del rompan todo
Los focos rojos de la fascistización de la izquierda mexicana han estado encendidos en los últimos años: la violenta experiencia de la Comuna de la APPO en Oaxaca y la violación grave y criminal de los derechos ciudadanos y civiles de los oaxaqueños, las violentas movilizaciones en el DF para oponerse a decisiones gubernamentales y los fascios violentos del martes en Mérida y el DF y sus afanes destructivos.
Por Carlos Ramírez
RLB Punto Politico
viernes, 9 de marzo de 2007
Estado venezolano entre las 13 economías con menor libertad
"Chile ocupa el tercer lugar entre las 29 economías de las Américas y ha sido un líder regional por más de una década", se indicó en el documento.
En la edición 2007 del sondeo Índice de Libertad Económica, elaborado por el diario The Wall Street Journal y The Heritage Foundation, Hong Kong ocupó el primer lugar de todo la lista; Singapur el segundo; Australia el tercero; y Estados Unidos el cuarto.
El índice considera como factores de libertad en cuanto a negocios, comercio, terreno fiscal, gobierno, política monetaria, inversión financiera, derechos de propiedad, libertad de la corrupción y el mercado laboral.
El poder de los mequetrefes .- El Caso Carlos Hurtado
Invito a los lectores a leer con detenimiento la versión estenográfica de la sesión de ayer en el Senado. Muestra, sin afeites, el contraste entre los mequetrefes que viven del erario y algunos cuantos senadores dignos, valientes, inteligentes y honestos, como Gustavo Madero. Lea el lector los alegatos a favor y en contra de la designación de Hurtado y juzgue a los personajes.
A mí me llamó la atención la patética intervención del senador José Eduardo Calzada Rovirosa, senador de primera minoría (PRI) por Querétaro, hijo de un gobernador de aquél estado (el arquitecto Antonio Calzada Urquiza) y que se ostenta como Secretario de la Comisión de Hacienda del Senado a pesar de que sus conocimientos en materia hacendística se limitan a que cobró del erario en alguna época como empleado privilegiado de las aduanas.
Este sujeto tiene un currículo impresionante: Estudió Administración en la conocidísima y prestigiadísima Universidad del Nuevo Mundo, en Huixquilucan, Estado de México. Más tarde, dice su historial académico, hizo un MBA –costosa pero poco sólida maestría en administración que suelen pagar los papás adinerados a sus hijos poco brillantes– en la Universidad estatal de Nuevo México, en Las Cruces.
Con ese abrumador bagaje de conocimientos de política monetaria (es decir: nada) el señor Calzada Rovirosa tuvo el tupé de argumentar que se oponía a la designación de Hurtado diciendo que el crecimiento del gasto corriente durante 2006 tuvo un impacto decisivo en la inflación registrada ese año. En vano le explicaron los senadores del PAN a este personaje que mentía a sabiendas o mentía por ignorancia insalvable (lo que la naturaleza no da, la Universidad del Nuevo Mundo -of all the places- no lo presta) ya que:
1. El monto y el destino del gasto lo decide la Cámara de Diputados aceptando o modificando la propuesta del Ejecutivo; ni por asomo lo decide el subsecretario de Egresos –que lo fue Hurtado, con un sobresaliente desempeño, de 2000 a 2006- ni el Secretario de Hacienda. Luego entonces, el alegato carece de sustento.
2. Más todavía, el gasto de capital en el mismo periodo en el cual según Calzada el gasto corriente tuvo un crecimiento exorbitante, creció tres veces más (ver el excelente análisis del gasto corriente que hace Adriana Merchant). Ese gasto de capital en su mayor parte se lo llevaron las entidades federativas y se supone que se tradujo –pídanle cuentas a cada gobierno estatal- en hospitales, escuelas, carreteras, caminos, drenajes…
3. Durante el desempeño de Hurtado como subsecretario de Egresos, se registraron de punta a punta –2000 a 2006- los índices inflacionarios más bajos en México de los últimos 36 años.
4. No se lo dijeron pero Calzada ignora –ya que jamás estudió teoría monetaria– que el gasto público sólo puede incidir en una mayor inflación cuando dicho gasto es deficitario (superior a los ingresos públicos) y ese déficit es financiado con emisión monetaria por el banco central. El señor Calzada ignora también que en 2006 las finanzas públicas en México ¡tuvieron superávit!, y que a lo largo del pasado sexenio consistentemente disminuyó el déficit público hasta alcanzar el superávit gracias a la sólida política fiscal de Francisco Gil Díaz y al buen desempeño –negándose a las constantes solicitudes y reclamos de más dinero por parte de multitud de gobernadores, la mayoría priístas, dados al dispendio con recursos federales- de Carlos Hurtado en la Subsecretaria de Egresos.
5. Por si fuese poco la peregrina argumentación de Calzada implicaría –cosa que él ignora por completo– que junto con Hurtado estaría acusando al mismo gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, de haber validado irresponsablemente con emisiones crecientes de dinero los supuestos despilfarros orquestados por Hurtado; de otra forma, señor Calzada, el gasto no tiene repercusiones inflacionarias. Amén de que, como ya señalé, NO HUBO DÉFICIT FISCAL, SINO SUPERÁVIT.
6. Otra cosa que ignora el señor Calzada es que la inflación es un alza generalizada de la totalidad o la mayoría de los precios, no el alza insólita de uno o dos precios –como los del maíz o el azúcar- que impactan en el índice general. También ignora que siempre, por definición aceptada por cualquier economista competente (ya se ve que los administradores egresados de la Universidad del Nuevo Mundo no saben de esto) la inflación es un fenómeno monetario.
7. Por si fuesen pocos los dislates del señor Calzada, argumentó que la relación causal entre gasto e inflación le parecía comprobada ¡por un recorte del periódico La Jornada con unas declaraciones de Guillermo Ortiz sacadas de contexto! (El senador Calzada le llamó al recorte de periódico pomposamente: “documento”). Por lo visto, el señor Calzada ignora también que el Banco de México difunde trimestralmente detallados reportes acerca del comportamiento de los precios y acerca de las causas; si se hubiera tomado la molestia de leer esos reportes –ver en especial el correspondiente al último trimestre de 2006- vería que con toda razón el banco central atribuye el alza en el índice de precios ¡a las distorsiones que algunos precios, como el del azúcar, muestran a causa de que se trata de mercados protegidos!, sabría, si hubiera leído, que tan sólo en el caso del azúcar en México padecemos un precio tres veces más alto que el de los mercados internacionales, ¿por qué? Porque hay que proteger a los cañeros y a los dueños de los ingenios, y ¿a qué partido pertenecen esos personajes? Pues, ¡al PRI!
Podría seguir, pero el personaje no lo merece. Concluyo pues proponiendo el premio del mayor mequetrefe del Senado a José Eduardo Calzada Rovirosa. O tal vez el segundo premio, porque el primero se lo debería llevar su pastor, Manlio Fabio Beltrones. Y para que no se ofendan, señores senadores, les pongo aquí la definición de mequetrefe (ya que seguramente tampoco consultan diccionarios) que es la siguiente:
Hombre entremetido, bullicioso y de poco provecho.
Esos ejemplares, como el preparado Calzada, los mequetrefes, dominan en nuestro Congreso. ¡Que Dios nos ampare!
“Revanchismo Político del PRI Y PRD”,
domingo, 4 de marzo de 2007
APPO violó derechos humanos de la sociedad
El informe de la Comisión Civil Internacional de Observación de los Derechos Humanos se centró en el operativo policiaco contra las organizaciones que se apoderaron de parte de la ciudad y crearon una comuna ajena a las leyes. Pero el reporte no atendió las quejas de ciudadanos que durante nueve meses padecieron la violencia política de la APPO y la sección 22 y vieron aplastados sus derechos civiles.
Asimismo, el informe tuvo oídos sordos contra las denuncias de delincuencia organizada de la APPO contra ciudadanos y contra negocios. Hace unas semanas un programa de televisión local quiso organizar un programa bajo el lema de reactivar Oaxaca, pero ni empresarios pequeños ni ciudadanos aceptaron por el miedo a ser víctimas de la violencia irracional de los appistas que sigue amenazando a los oaxaqueños.
En este sentido, miles de oaxaqueños vieron violados sus derechos humanos y sus garantías civiles por la irracionalidad del movimiento violento de la APPO y la Sección 22 de maestros.
Y si hubo abusos policiacos en el operativo de recuperación del territorio en manos de la violencia appista y magisterial, hubo más violación de derechos humanos de los ciudadanos ajenos a las pugnas por el poder entre la APPO/22 y el gobierno estatal.
No hace falta ir muy lejos por las pruebas. En Oaxaca hubo muchos negocios que quebraron por la decisión de la APPO y la 22 de tomar el control territorial de varias zonas de la ciudad, crear su propia policía política, instalar retenes que violaban la libertad de circulación, cobrar chantajes y extorsiones a ciudadanos para poder ingresar a sus casas y padecer las hordas de appistas y maestros bajo influjos del alcohol todas las tardes golpeando ciudadanos.
De ahí que el reporte de la Comisión Civil deba ser leído como parte de la lucha política de la APPO y la 22. Sus evidencias de represión policiaca pueden ser ciertas, pero serán incompletas si no tienen una condena contra las organizaciones de la APPO y la Sección 22 que instalaron la anarquía violenta en Oaxaca el año pasado e impidieron que los ciudadanos comunes y corrientes --ajenos a la APPO/22 y al gobierno del estado-- gozaran de las garantías constitucionales.
El reporte de la Comisión Civil, por tanto, es parcial. Y peor aún: resulta cómplice del terrorismo que implantaron la APPO y la 22 en la ciudad de Oaxaca cuando persiguieron y agredieron a ciudadanos ajenos a la lucha política. Durante los meses de la ciudad sitiada, brigadas de la APPO recorrían la ciudad para agredir a aliados del gobierno del estado por el sólo hecho de no estar de acuerdo con el plantón y la toma de una parte de la ciudad.
Ese reporte de la Comisión Civil estará amañado mientras no condene la violencia de la APPO y la 22 y si no acusa a estas organizaciones de delincuencia organizada al tomar por asalto radiodifusoras locales de propiedad privada para transmitir mensajes de alzamiento popular y guerrillero contra las instituciones. Ahí están las pruebas: los programas de Berta Muñoz llamando a la insurrección, dando direcciones privadas de periodistas para que los appistas fueran a agredirlos, agitando a la sociedad con llamados al crimen político. Estos programas no fueron políticos sino de llamado a la revolución violenta.
También hay que acreditar la violación de derechos humanos de reporteros que fueron agredidos físicamente para obligarlos a transmitir solamente el mensaje de la APPO y la 22. Varios reporteros de televisión tuvieron que quitarse las chamarras de sus empresas y aún así fueron golpeados por appos. ¿Por qué el informe de la Comisión Civil excluyó estas evidencias de la represión de la APPO y la 22 contra los derechos ciudadanos de trabajadores de la información?
Por tanto, los informes de derechos humanos estarán incompletos si sólo atienden las quejas de la APPO y la 22 y no reportan que la APPO y la 22 violaron los derechos ciudadanos de oaxaqueños ajenos al conflicto e instalaron en Oaxaca una violencia revolucionaria ajena a los derechos humanos, con la complicidad del PRD y de Convergencia. Al final, la APPO y la 22 resultaron iguales o peores que la policía represiva. Y alguien tiene que decirlo.
viernes, 2 de marzo de 2007
El Ladron de la APPO
jueves, 1 de marzo de 2007
Populismo en Francia
La señora Royal ha seducido a la opinión pública francesa por su belleza y por prometer dirigir a la modernidad a una sociedad anquilosada y tradicional que, temerosa del cambio y la globalización, se aferra a un nacionalismo obsoleto.
Pero el manifiesto de Segolene es exactamente lo contrario a lo que requiere Francia para revitalizarse: sus cien puntos son una enumeración de promesas populistas reminiscentes de las ocurrencias que nos espetó el “legítimo” López Obrador en su fallida campaña.
Veamos algunas de ellas:
· Consolidar la semana de 35 horas y elevar el salario mínimo en 20% para alcanzar 1,500 euros mensuales ($21,436 a la paridad de ayer), y eliminar la tímida legislación en vigor que permite a empresas pequeñas contratar y despedir personal.
Esta promesa, que encarece apreciablemente el costo del trabajo, implica hacer todavía más inflexible el mercado laboral, lo que resultará en aún mayor desempleo de jóvenes que ya es de 23% (menores de 25 años), y en que empeore la situación de los desocupados que incendiaron París en 2005.
· Otorgar préstamos sin intereses por 10 mil euros a jóvenes que funden empresas, al tiempo que el Estado creará medio millón de trabajos subsidiados también para jóvenes. Para quienes compren su primera casa, habrá créditos hipotecarios a tasa cero.
A los mismos jóvenes ya desempleados, o que lo estarán por las medidas anteriores, se les ofrece convertirlos en empresarios subsidiados sin tener experiencia de trabajo y en burócratas. ¡Voilá la solution!
· Las empresas energéticas Electricité y Gaz de France serán renacionalizadas y fusionadas y crearán 70 mil empleos en fuentes de energía renovable.
Crear monstruos burocráticos y ordenarles cuántos trabajos crear y en qué actividades, fracasó en la Unión Soviética y también en Francia.
· Las tarifas bancarias serán reguladas por el Estado y los intentos de las empresas de irse de Francia o desemplear personal serán penalizados.
Éstas, junto a sus promesas de elevar impuestos y perseguir a los muchos franceses que han emigrado para evitar la pesada carga tributaria, llevarán a acrecentar la diáspora, y a menor dinamismo económico y mayores costos.
· El Banco Central Europeo deberá cambiar sus estatutos para incorporar el crecimiento y la creación de empleo entre sus objetivos.
Esta tontería, además de mostrar la arrogancia que hace tan populares a los franceses al ordenarle qué hacer a un organismo europeo, que no francés, supone que la política monetaria puede crear crecimiento y empleo, lo que es falso.
Estas son sólo algunas perlas entresacadas del plan de Segolene, quien nunca menciona cómo las financiará. Esperemos que los votantes franceses tengan sensatez comparable a la de los mexicanos y que derroten esta plataforma populista que sin duda cancelaría el futuro de su gran país.
Por Manuel Suárez Mier
RLB Punto Politico.