Es necesario adoptar definiciones claras a fin de distinguir el color de los discursos o de las medidas políticas y económicas.
Una de las tareas básicas de las ciencias naturales y sociales consiste en proporcionar definiciones precisas. Con las definiciones se evitan las confusiones pues se sabe de qué se está hablando. Por ejemplo, si se define que un gato es un animal que tiene cuatro patas, dos orejas y hace “miau”, esta definición servirá para que, cuando veamos un animal con cuatro patas, dos orejas y hace “guau-guau” no lo confundamos con un gato.
Hay una gran confusión cuando se habla de derecha e izquierda por falta de definiciones. Algunos autores se pasan la vida explicando que izquierda y derecha tiene que ver con las sillas que ocupaban los parlamentarios franceses siglos atrás; otros dicen que la izquierda es la corriente que se preocupa por la suerte de los pobres y que la derecha aboga por los intereses de los ricos, como si fueran intereses irreconciliables. Se han creado estigmas sin fundamento y glorificaciones sin mérito de tal forma que la nube de la confusión se hace cada vez más grande. Es necesario adoptar definiciones claras a fin de distinguir el color de los discursos o de las medidas políticas y económicas que se adoptan en un país.
La definición de izquierda y derecha requiere del concepto de propiedad privada. Se puede decir que un individuo posee propiedad privada sobre, digamos, una bicicleta, si este individuo tiene el derecho de intercambiarla (por dinero u otro objeto), de usarla a manera de garantía (por algún préstamo, por ejemplo), de regalarla o destruirla si así lo desea, y todo esto sin que exista un tercero que lo impida, norme o controle. Estas cuatro acciones definen con precisión el concepto de propiedad privada. Basta que uno de los requisitos no se cumpla para que quede deteriorado el concepto de propiedad privada.
Armados con la definición de propiedad privada ya podemos pasar a la definición que nos interesa.
La izquierda la podemos definir ahora como la corriente filosófica, política o económica que cree, aboga y lucha por construir un mundo sin propiedad privada.
La derecha, por el contrario, cree que es mejor construir el mundo con base en la propiedad privada.
Con esta definición se puede entender muy bien el antagonismo entre izquierda y derecha pues abogan por principios diametralmente opuestos. Uno quiere que se respete la propiedad privada, el otro quiere destruirla.
La izquierda tiene una enorme cantidad de grandes pensadores. El más representativo es Carlos Marx donde de manera clara propone en su “Manifiesto del Partido Comunista” que quede abolida la propiedad privada para formar una nueva sociedad (sin propiedad privada). Otros pensadores de izquierda fueron Federico Engels (a pesar de que era un empresario), Vladimir Illich Lenin, José Stalin, Pierre Joshep Prouhdon, Mao Zedong, Charles Bethelheim, Rosa Luxemburgo, León Trotski, Oscar Lange, John Maynard Keynes, Eduardo Galeano, Norberto Bobbio. Nótese que estos autores nunca abogaron por defender el principio de propiedad privada, al contrario, la consideraban como un mal de la sociedad, un engendro del diablo que había que eliminar.
La derecha también ha tenido sus propios teóricos. Los más representativos son Richard Cantillon, Federich Bastiat, Juan Bautista Alberdi, Carl Menger, Bhom Bawerk, Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek, Milton Friedman, Murray Rothbard, Hans Herman Hoppe, Jesús Huerta de Soto. Es posible que estos mismos autores nunca se hayan autodenominado “pensadores de derecha” pero todos ellos abogaban por la defensa de la propiedad privada como pilar de una sociedad civilizada.
También podemos distinguir a los gobiernos de derecha de hoy en día, como el de Irlanda, Nueva Zelanda, Hong Kong y China que están tratando de reconstruir a la sociedad en base al respeto a la propiedad privada: desreglamentan, privatizan, reducen impuestos, etc.
Los gobiernos de izquierda más representativos son el de Corea del Norte, Cuba, Bolivia, Venezuela que tratan de destruir la propiedad privada: incrementan impuestos, imponen reglamentos, nacionalizan y tratan de dejar todo en manos del Estado.
Por cierto, el mundo está gobernado por la izquierda en más del 80%, la derecha apenas se asoma. También hay que reconocer que hay gobiernos que caminan a oscuras y se hacen llamar de centro para mostrar su indefinición.
En resumen, para saber si una política, propuesta o anhelo es de derecha o de izquierda basta saber qué posición adopta frente al concepto de propiedad privada. Incluso, si quiero saber si soy de derecha o de izquierda es suficiente preguntarse uno mismo: Si respeto la propiedad del prójimo, soy de derecha, si trato de destruir la propiedad de los demás, sin duda, soy de izquierda.
Por Santos Mercado
RLB Punto Politico
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