La situación económica del Distrito Federal no parece ser aquella que tanto presume Marcelo Ebrard en comunicados, declaraciones y hasta en su informe de gobierno.
Y es que la línea de comunicación del gobierno perredista desde tiempos de López es, ha sido y será la de una abierta descalificación a todo lo que provenga del Gobierno Federal, acompañada de una constante “adulación” a las políticas públicas aplicadas por el Gobierno del Distrito Federal.
A continuación se presenta un resumen de la evolución de las principales variables económicas en la Ciudad de México a lo largo de estos últimos años.
En materia de actividad económica, de acuerdo con la información disponible (INEGI), el PIB desaceleró su crecimiento en 2001 y 2002 en la mayoría de los estados, pero nuevamente aceleró el paso a partir de 2003, excepto en el Distrito Federal que entre 2000 y 2004 acumuló un retroceso de (-)1.7 por ciento.
En materia de empleos, de 2000 a agosto de 2007 el número de trabajadores asegurados (permanentes) en el IMSS creció un 6.2% a nivel nacional. Pero en el Distrito Federal sólo se reportó un magro crecimiento de 1.7% y una reducción en su participación a nivel nacional pasando del 18.6% en 2000 a 17.8% en promedio a agosto de 2007, lo que significó una reducción de 0.8 puntos porcentuales en el presente siglo. En comparación, estados como Nuevo León muestra un crecimiento de 2000 a 2007 de 11.1% y un aumento en su participación en el mismo periodo de 7.6% a 8.0% y Jalisco con un crecimiento de 13.3%, entre 2000 y 2007 y un incremento en la participación nacional de 0.6 puntos porcentuales. Más todavía: Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el Distrito Federal tiene la mayor tasa de desocupación entre las entidades federativas, al pasar de 3.5% en 2000 a 5.8% en la mitad del presente año, un crecimiento de 2.3 puntos porcentuales. Asimismo, indicadores complementarios de empleo indican que la Ciudad de México presenta una Tasa de Ingresos Inferiores al Mínimo y Desocupación (TIDD), es decir, el porcentaje que representa la población desocupada y la ocupada que tiene ingresos inferiores al salario mínimo, respecto a la población económicamente activa, de 12.2% promedio anual en 2004, nivel mayor en 0.5 puntos porcentuales al promedio reportado en 2000 de 11.7%.
En lo que respecta a la deuda pública por entidad federativa, en 1997 el Distrito Federal reportó un saldo de 11,789 millones de pesos de pesos. Al concluir 2006, la deuda había ascendido a 44,085.9 millones de pesos. En términos reales, el incremento de la deuda en este periodo ha sido de 98.5% (prácticamente se duplicó). El Distrito Federal es la entidad más endeudada del país. A junio de 2007, su deuda equivalía a 25.4% del total de lo adeudado por las entidades federativas de México, 5.1 puntos porcentuales mayor que la participación registrada en 1997 (año que comienza la gestión del PRD en la Ciudad de México).
Por otro lado, en 1997 la deuda constituía 62% de los ingresos del gobierno capitalino. En 2007 la administración de Ebrard reporta un porcentaje de 100.3, es decir, la deuda del gobierno capitalino es mayor a todo lo que recauda por cuenta propia el Gobierno del Distrito Federal. Adicionalmente, el Distrito Federal es la entidad con mayor incremento de la deuda como % del PIB, ya que de 1997 a 2007, el saldo de la deuda como porcentaje del PIB aumentó 1.4 puntos porcentuales, crecimiento no visto por ninguna otra entidad federativa.
Adicionalmente, el Distrito Federal es la entidad más endeudada por habitante de toda la República Mexicana. En 2006 reportó una deuda per cápita de 5,026 pesos, un crecimiento de 15.4% real respecto a los $4,356 reportados en el 2000, y 9.1% mayor en términos reales a lo reportado en el primer semestre de 2007. Esto se vuelve más significativo si se compara con la deuda per cápita reportada por el Estado de México, segunda entidad con mayor número de población después del Distrito Federal. En este sentido, la deuda per cápita del Estado de México en 2006 cerró en $2,260, 6.3% en términos reales respecto a los $2,362 por habitante reportados en el 2000. La herencia que Ebrard está dejando a los habitantes de la ciudad es algo que no parce preocuparle en lo más mínimo.
Siguiendo con la dinámica de los ingresos, destaquemos que el crecimiento real de los ingresos propios del Gobierno del Distrito Federal (GDF) entre 2000 y 2007 ha sido sólo del 17%, mientras que las transferencias del gobierno federal así como las participaciones han aumentado en el mismo periodo 70.1% real. Para 2007 las cosas no son muy diferentes, y los ingresos por impuestos del Distrito Federal a pesar de crecer a una tasa real del 4.5% en el primer semestre del 2007 respecto al mismo periodo del 2006, destaca la caída en la recaudación del impuesto predial en el mismo periodo del 6.1%, impuesto que aporta más del 40% de los ingresos totales por impuestos en el Distrito Federal.
El GDF destaca que sus finanzas públicas “mantienen el equilibrio gracias a los buenos resultados de la recaudación a nivel local”. Sin embargo, los hechos confirman que las tareas a realizar por parte del Gobierno del Distrito Federal para incrementar sus ingresos son inefectivas, y por el contrario, sus ineficiencias han sido compensadas por las transferencias y aportaciones que le hace el gobierno federal. Si fuera cierto que el equilibrio fiscal capitalino se debe a la recaudación local, por qué levantan se quejan tanto de que (según ellos) “el Distrito Federal ha sido de nuevo indebidamente excluido de varios fondos federales por la reforma fiscal”. El colmo de los lloriqueos también lo encontramos en las declaraciones del secretario de finanzas del DF, Mario Delgado Carrillo, cuando dice: “La Cd. de México no es una carga, es un motor importante del crecimiento y el dinamismo económico nacionales, pues representa el 21% de la economía nacional y sólo en 2006 aquí se recaudó el 57% del ISR y el 48% del IVA. Defendamos la posición del DF dentro del pacto fiscal. Hay que insistir." La lectura entre líneas del secretario de finanzas la podemos interpretar como: “Nosotros somos ineficaces para ampliar nuestra base de ingresos, por lo que no tenemos cómo financiar nuestros crecientes proyectos populistas, así que le exigimos al Gobierno Federal que nos regale los recursos”.
En materia de Inversión Extranjera Directa (IED), el jefe de Gobierno del Distrito Federal argumenta que son el primer lugar en captación de IED en el país, sin embargo, esa es una verdad a medias, ya que debido a la concentración de la actividad económica que ha tenido nuestro país desde el siglo pasado, el Distrito Federal siempre ha sido el receptor número uno de la inversión nacional que llega al país. Lo importante a destacar en este sentido es la evolución en la participación de dicha inversión sobre el total nacional. Así, entre los estados que destacan por haber incrementado su participación en la captación de IED entre 2000 y 2006 están Chihuahua, quien elevó su participación de 6.0% a 8.6%; Baja California, de 5.5% a 5.7%; y el Estado de México con un cambio en su participación de 2.7% a 7.7%. En cambio, el Distrito Federal vio disminuir su participación en la IED total durante el mismo periodo, pasando de una captación de IED del 49.6% a 47% Desde otra perspectiva, el Estado de México reporta un crecimiento en la captación de IED per cápita de 137% al pasar de 37 dólares por habitante en el año 2000 a 88 dólares en 2006. En contraste, el Distrito Federal reporta una disminución en la captación de IED per cápita del 17%, al pasar de 1,033 dólares por habitante en 2000 a 858 dólares en 2006.
En fin, que los políticos generalmente suelen distorsionar los hechos y la realidad de las cosas que suceden alrededor de su gestión para su provecho. Es claro que la situación económica y las finanzas públicas del Distrito Federal se han visto deterioradas por las políticas económicas aplicadas por el actual jefe de Gobierno y sus antecesores. Echarle la culpa al Gobierno Federal de la situación que presenta la población del Distrito Federal sólo se reduce a una muy lamentable y patética estrategia política, ya que por lo menos, en lo que corresponde a las finanzas públicas del Distrito Federal, gran parte de las fuentes generadoras de ingresos propios del Distrito Federal (la cual soporta constantes presiones por parte del gasto público debido a los múltiples proyectos populistas que se han puesto en marcha), provienen de los beneficios de la estabilidad económica y bajas tasas de interés que se viven el en el país, y eso sí, es gracias a las sanas políticas públicas, aunque todavía insuficientes, que ha tenido a bien implementar el Gobierno Federal desde hace por lo menos diez años. Marcelo: ¿Por qué esto no lo dices?
Por Adriana Merchant
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