PCM quedó en un PRI redivivo
A casi cuarenta años de distancia, la izquierda no debería verse en el espejo de las marchas porque se encontraría con una caricatura de sí misma.
A pesar de tener más espacios políticos y más derechos reconocidos que en 1968, la izquierda que militó en el movimiento estudiantil llegó a espacios de poder pero no ha transformado la política; al contrario, la izquierda estudiantil hoy en el PRD anda en busca de la restauración del sistema político priísta.
A pesar de tener más espacios políticos y más derechos reconocidos que en 1968, la izquierda que militó en el movimiento estudiantil llegó a espacios de poder pero no ha transformado la política; al contrario, la izquierda estudiantil hoy en el PRD anda en busca de la restauración del sistema político priísta.
Si el punto número uno del pliego petitorio político y democrático del movimiento estudiantil de 1968 fue el de “libertad a los presos políticos”, hoy la izquierda es parte del poder político pero continúa con esa misma bandera de lucha. Es decir, la izquierda ha ganado espacios de poder pero no ha podido atarle los puños al Estado autoritario.
A casi cuarenta años de distancia del movimiento social, político y popular que significó un parteaguas para los avances democratizadores, la izquierda sigue siendo víctima del “ogro filantrópico” estatal. Peor aún: la izquierda ya gobierna en varias entidades de la república pero la estructura autoritaria de poder del 68 sigue latente sin que la izquierda haya podido modificarla.
Por tanto, el recordatorio del 68 debería ser de pesimismo. La izquierda que movilizó las masas hace casi cuarenta años llegó al poder para mantener la esencia de aquel Estado. El problema ha sido de la propia izquierda: la izquierda revolucionaria y socialista fue absorbida por la izquierda priísta, populista y salinista hoy como PRD. Por tanto, la única izquierda realmente existente pugna hoy, a casi cuatro decenios de celebraciones, por la restauración del mismo sistema político populista, paternalista, corporativo del PRI. El mejor espejo de la izquierda como un PRI en el poder es el gobierno perredista en el DF.
Más que gritos y confrontaciones, más que condenas y persecuciones, el saldo del 68 debe medirse en función de resultados de la gestión política y de poder de la izquierda. Los seis puntos del pliego petitorio del 68 tienen vigencia porque los avances democratizadores no liquidaron al Estado autoritario, a pesar de la izquierda:
1.- Libertad a los presos políticos. Es la bandera de lucha de la izquierda hoy con varios presuntos desaparecidos.
2.- Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal. (Instituían el delito de disolución social y sirvieron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes). Los artículos fueron derogados pero se dejaron vigentes los criterios políticos similares de enfoque de las luchas insurreccionales de la izquierda. La izquierda promueve un comité antirrepresión.
3.- Desaparición del Cuerpo de Granaderos. Lo peor: el mismo cuerpo de granaderos del 68 es el que hoy controla el gobierno perredista del DF y lo usa también para reprimir la protesta social.
4.- Destitución de los jefes policíacos. La estructura de jefaturas policiacas del 68 es la misma del 2007.
5.- Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto. Este punto nunca se cumplió.
6.- Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos. La represión se sigue aplicando sin ninguna responsabilidad oficial. Ahí están los casos de Atenco y Oaxaca.
La bandera de lucha del 68 fue la democratización del país. Lo definió con claridad el Partido Comunista Mexicano --entonces líder de la izquierda-- en una resolución de su comité central el 7 de octubre de 1968, después de la represión de Tlatelolco: “la lucha estudiantil y popular de julio-octubre se ha convertido, por ello, en el movimiento político más importante de los últimos 30 años, cuyo contenido fundamental es la lucha por LA DEMOCRATIZACIÓN DEL RÉGIMEN POLÍTICO (mayúsculas en el original).”
2.- Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal. (Instituían el delito de disolución social y sirvieron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes). Los artículos fueron derogados pero se dejaron vigentes los criterios políticos similares de enfoque de las luchas insurreccionales de la izquierda. La izquierda promueve un comité antirrepresión.
3.- Desaparición del Cuerpo de Granaderos. Lo peor: el mismo cuerpo de granaderos del 68 es el que hoy controla el gobierno perredista del DF y lo usa también para reprimir la protesta social.
4.- Destitución de los jefes policíacos. La estructura de jefaturas policiacas del 68 es la misma del 2007.
5.- Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto. Este punto nunca se cumplió.
6.- Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos. La represión se sigue aplicando sin ninguna responsabilidad oficial. Ahí están los casos de Atenco y Oaxaca.
La bandera de lucha del 68 fue la democratización del país. Lo definió con claridad el Partido Comunista Mexicano --entonces líder de la izquierda-- en una resolución de su comité central el 7 de octubre de 1968, después de la represión de Tlatelolco: “la lucha estudiantil y popular de julio-octubre se ha convertido, por ello, en el movimiento político más importante de los últimos 30 años, cuyo contenido fundamental es la lucha por LA DEMOCRATIZACIÓN DEL RÉGIMEN POLÍTICO (mayúsculas en el original).”
En este contexto, el pliego petitorio de la izquierda socialista iba hasta el fondo, según el mismo resolutivo, pero esa izquierda del PCM hoy en el PRD ha reconstruido el modelo priísta. Basta comparar el resolutivo de 1968 con la realidad de 2007:
1.- Vigencia y ampliación de los derechos democráticos establecidos en la Constitución. Hoy hay más derechos pero menos democracia.
2.- Abolición del control oficial sobre las organizaciones sociales y campesinas. El PRD reinventó el corporativismo.
3.- Ampliación de las libertades políticas de los ciudadanos con una reforma democrática a la ley electoral. El PRD usó la reforma electoral última para el revanchismo, no para la democracia.
4.- Reforma democrática del sistema educativo nacional. El PRD asumió vía la CNTE el neocorporativismo magisterial.
1.- Vigencia y ampliación de los derechos democráticos establecidos en la Constitución. Hoy hay más derechos pero menos democracia.
2.- Abolición del control oficial sobre las organizaciones sociales y campesinas. El PRD reinventó el corporativismo.
3.- Ampliación de las libertades políticas de los ciudadanos con una reforma democrática a la ley electoral. El PRD usó la reforma electoral última para el revanchismo, no para la democracia.
4.- Reforma democrática del sistema educativo nacional. El PRD asumió vía la CNTE el neocorporativismo magisterial.
La izquierda del PCM del 68 anida hoy en el PRD ex priísta, populista y salinista. De ahí que a casi cuarenta años de distancia, la izquierda del 68 se haya reducido a una izquierda que busca la restauración del viejo régimen priísta. Pero justamente contra eso luchó el movimiento estudiantil.
Por Carlos Ramírez.
Post RLB Punto Politico.
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