miércoles, 31 de octubre de 2007

Dos billones y medio para el gobierno

Tener dos y medio billones de pesos para gastar en un solo año puede ser una enorme oportunidad para un país como el nuestro. Puede aplicarse en inversión y en combatir los grandes males de la pobreza. Pero si el dinero se queda en burocracia, en estudios que a nadie le importan o, peor aún, en lujos de funcionarios, mejor habría sido dejar ese dinero en manos de los ciudadanos.
La Cámara de Diputados aprobó una Ley de Ingresos que contempla una recaudación total por 2 billones 569 mil millones de pesos. Esto representa un aumento de 152 mil 532 millones de pesos frente a lo que propuso originalmente el gobierno de la república. ¿Por qué tanta diferencia? En parte porque se estimó un precio más alto para el petróleo de exportación y en parte también porque se incluyeron ya los recursos de la reforma fiscal.

Estamos hablando, de cualquier manera, de una enorme cantidad de dinero. Estos dos y medio billones de pesos representan el 24 por ciento del producto interno bruto mexicano. En otras palabras, el gobierno federal está obteniendo, de una forma u otra, uno de cada cuatro pesos de lo que se produce en bienes o servicios en el país.

¿Es esto bueno o malo? Depende del uso que se le dé al dinero que se recauda. El gobierno tiene la capacidad de extraer recursos de la economía de un país a través de impuestos, derechos y otros cobros. Ningún actor individual puede reunir una cantidad tal. Bien usado este dinero puede promover el crecimiento económico, especialmente a través de inversiones, mientras que si se emplea mal se convierte simplemente en un desperdicio o, peor aún, en un obstáculo al desarrollo del país.

Desafortunadamente, el gobierno mexicano no ha sido nunca un buen administrador de los dineros públicos. A casi un siglo de la Revolución Mexicana, y de la aplicación durante décadas de programas gubernamentales de todo tipo cuyo supuesto objetivo sería promover una mayor prosperidad y una mayor equidad en la repartición de la riqueza, México sigue siendo un país extraordinariamente pobre y con una de las peores distribuciones de la riqueza en el mundo.

Algo hemos hecho mal, claramente. Esto lo han señalado con especial énfasis los dirigentes de los partidos de oposición durante décadas. Pero cuando han asumido el poder, las cosas no han cambiado de manera significativa. O no es tan fácil hacer la transformación de un país o no hay la verdadera voluntad política para llevarla a cabo.

Hay quien apunta a los grandes logros del Estado mexicano en los últimos años o a lo largo de décadas. Y, efectivamente, ha habido avances importantes en muchos campos. Pero éstos no son superiores a los que se han obtenido en otros países del mundo. Por el contrario, antes y ahora México sigue quedándose rezagado.

México era más rico hace una o dos generaciones que Hong Kong, Singapur, Taiwán, Corea del sur, España, Irlanda o Chile. Hoy todos esos países nos han rebasado y con creces. Algo han hecho, sin duda, mejor que nosotros. México está creciendo a una tasa de 3 por ciento al año. No parece mal. Pero el resto de los países en desarrollo lo está haciendo a una tasa cercana al 5 por ciento. Y China y la India, así como otros grandes rivales nuestros en el mercado, registran un ritmo de expansión cercano al 10 por ciento. Claramente nos están superando.

Tener dos y medio billones de pesos para gastar en un solo año puede ser una enorme oportunidad para un país como el nuestro. Puede aplicarse en inversión y en combatir los grandes males de la pobreza. Pero si el dinero se queda en burocracia, en estudios que a nadie le importan o, peor aún, en lujos de funcionarios, mejor habría sido dejar ese dinero en manos de los ciudadanos.

Por Sergio Sarmiento.
Post RLB Punto Politico.

2 comentarios:

  1. Y no hay que olvidar a Bolivia, Cuba, Argentina y Venezuela, que también crecen a tasas mucho mayores.

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  2. Zagx agradece su participacion

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