Atrapado entre el nacionalismo priísta del PRD y el caudillismo perredista del PRI, la polémica sobre la reforma de Petróleos Mexicanos ha dejado a un lado el tema vital de la verdadera soberanía: el petróleo como eje de la seguridad nacional, la geopolítica y de la geoestrategia de los intereses internacionales de México.El problema con Pemex no debiera ser fiscal, administrativo o empresarial, sino entender cuál es el papel que está jugando en una redefinición del mapa geoestratégico del mundo de la energía. Y ahí no hay más que tres caminos: o México se somete a intereses imperiales de las grandes potencias o acepta la subordinación a las alianzas antinorteamericanas en la región o define su propio camino en función de los intereses de seguridad nacional de los mexicanos.
El debate sobre Pemex, por tanto, está fuera del lenguaje neoliberal o de la autonomía financiera y fiscal o de la exploración en aguar profundas y se localiza en un conjunto de parámetros que hablan de una confrontación geopolítica en donde el petróleo tiene una las funciones fundamentales:
1.- El petróleo entró en la disputa de la guerrilla mexicana del EPR. El EPR pasó a la ofensiva con los dos atentados explosivos contra ductos de Pemex. La guerrilla tomó la decisión de golpear en el centro estratégico del petróleo.
2.- El EPR ha establecido relaciones orgánicas con las FARC de Colombia y de ahí con el gobierno bolivariano de Hugo Chávez. Uno de los hilos sería la mexicana Lucía Morett, herida en el campamento de las FARC y vista junto a eperristas en el conflicto de Oaxaca en 2006. Morett estuvo presente, junto con el EPR, en el conflicto en Oaxaca.
3.- En los planes geoestratégicos y de seguridad nacional de los Estados Unidos, los campos petroleros mexicanos son prioritarios. Hay planes de utilización de fuerzas armadas norteamericanas para vigilar los yacimientos mexicanos en momentos de amenaza terrorista. Los Estados Unidos invadieron Irak como definición de una política de seguridad nacional energética.
4.- Hay habido cuando menos dos amenazas del grupo terrorista Al Qaeda para atacar instalaciones petroleras mexicanas. La razón radica en el argumento del grupo de Osama bin Laden de que petróleo mexicano alimenta la maquinaria bélica de los EU.
5.- El gobierno de Hugo Chávez aparece como la relación directa de grupos radicales árabes --terroristas o revolucionarios-- en su penetración en América Latina. Hasta ahora son grupos iraquíes, afganos y sobre todo iraníes. El polémico presidente de Irán, que como estudiante tomó la embajada de Estados Unidos en Teherán y causó la crisis de los rehenes en 1975, ha sido denunciado como promotor de grupos terroristas radicales árabes.
6.- Venezuela tiene una estrategia de integración revolucionaria latinoamericana en torno a dos ejes: la creación de un bloque militar contra los EU y el petróleo.
7.- La alianza Venezuela-Ecuador, que se vio sólida en el asunto del bombardeo al campamento de las FARC en Ecuador, no sólo es política sino petrolera. Por eso la protección de Chávez al gobierno ecuatoriano de Rafael Correa. Las dos naciones forman parta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la OPEP.
8.- El ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez Carreño, fue guerrillero y ha convertido al petróleo venezolano en un arma estratégica para fortalecer naciones como Cuba y Bolivia. Para Venezuela el petróleo es un instrumento revolucionario.
9.- Derrotado en las urnas y agobiado por la falta de una bandera política de largo plazo, López Obrador asumió al petróleo como un instrumento de lucha política. Pero López Obrador ha establecido relaciones orgánicas con el movimiento bolivariano de Chávez.
10.- La reforma energética del gobierno de Calderón, cualquiera que sea su alcance, va a romper el viejo equilibrio populista en México que fundó el PRI, que controla el PRI en Pemex y que ha heredado López Obrador en un PRD como PRI revitalizado.
11.- El presidente Cárdenas expropió las empresas petroleras no sólo como un acto de soberanía laboral de México ante la rebeldía de los propietarios extranjeros, sino que colocó al petróleo en un escenario de geopolítica en el marco de la segunda guerra mundial.
12.- El petróleo es el combustible de la maquinaria productiva mundial y su control implica ciertas responsabilidades geopolíticas. El país que asuma el petróleo sólo como insumo de producción estaría cometiendo uno de los errores estratégicos más graves. El petróleo es el producto natural más importante para la redefinición de las relaciones geopolíticas y de seguridad nacional de las naciones.
Por tanto, la reforma energética podría ser la gran oportunidad para replantear el papel del petróleo en el desarrollo y en la política exterior de México, más allá de las ataduras populistas del PRI y del PRD. El petróleo no es sólo un barril sino un arma estratégica de seguridad nacional.
Por Carlos Ramirez.
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