En una jornada que quedará grabada
en la historia de México,
la fuerza de la ley y la fuerza de los pacíficos
se demostraron superiores
a los intentos golpistas de una minoría
que ha perdido la brújula política.
Felipe Calderón cumplió con firmeza su primera obligación como Presidente de la República.
Se ciñó estrictamente a la legalidad.
No cedió ante presiones y chantajes.
Con ello envió un mensaje de autoridad y de certidumbre. Pudo hacerlo arropado por los legisladores de su partido, que le ganaron la batalla estratégica a los del PRD.Las siguientes obligaciones del presidente Calderón serán, sin duda, tanto o más difíciles que la primera. Deberá cumplirlas, al lado de una sociedad mexicana participativa, crítica y, sobre todo, respetuosa de las instituciones democráticas.
Para ello tendrá que actuar de inmediato en los dos terrenos que anunció en su discurso del Auditorio Nacional. Por una parte, dialogar con todas las fuerzas políticas interesadas en hacerlo, para terminar con los desencuentros y lograr acuerdos productivos. Por la otra, trabajar desde ahora, más allá de los intereses de partido y de grupo, para atacar los problemas de inseguridad pública, desigualdad social e insuficiencia institucional que padece el país.
La mayor parte de las fuerzas políticas representadas en el Congreso actuaron ayer de manera responsable y son interlocutores necesarios en el futuro próximo. Cabe destacar la actitud del PRI, que enmendó su posición de coquetear con los chantajes perredistas y contribuyó para que se llevara a cabo la ceremonia republicana.
Los puentes están tendidos también hacia el PRD, pero ese partido debe hacer una seria reflexión sobre todo el capital político que ha dilapidado por atender los caprichos de un líder.
Los legisladores perredistas actuaron -y perdieron- en función de la amargura, el hambre de poder y el orgullo lastimado de Andrés Manuel López Obrador. Ese liderazgo autoritario se ha encargado de meter a su partido en una burbuja de irrealidad de la que tiene que salir.
El PRD ha sido arrastrado, durante cuatro largos meses, a cosechar derrotas políticas, una tras otra, y a aislarse de los demás partidos y de las grandes mayorías sociales a las que aspiraba encabezar.
La salud de la República demanda un cambio de conducta de ese partido, y que todos los mexicanos tengamos altura de miras para entendernos y avanzar juntos en la reconciliación cotidiana y en la solución de los problemas nacionales. El presidente Calderón dio ayer el primer ejemplo de lo que se puede y se debe hacer.
La Cronica
Firmen por favor nuestra peticion sobre las payasadas de lopez obrador:
ResponderEliminarhttp://www.petitiononline.com/payaso/petition.html
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Gracias por su participacion
- Graif
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