martes, 5 de diciembre de 2006

PEZ GORDO

CAE EL BRAZO DERECHO DEL CARNAL MARCELO
El Pemexgate y el caso Amigos de Fox
serán juego de niños al lado de lo que puede haber
con la colusión de las altas esferas de la policía
con grandes capos del narcotráfico
Los policías capitalinos tenían la misión
de cuidar a los miembros del cártel cuando
trasladaban cargamentos de droga desde
el aeropuerto del DF a hoteles de Polanco y Reforma.


Ya salió de manera oficial, con nombre, apellido y número de averiguación, lo que tanto apuntamos en Crónica, con informaciones duras que las autoridades capitalinas atribuían a “golpeteo político”:

la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal está en manos del narcotráfico.Reforma publicó ayer que la PGR, la DEA y la Policía Nacional de España tienen una investigación sobre Gabriel Regino, subsecretario de Seguridad Pública con Marcelo Ebrard.
La liga de Regino es —ni más ni menos—, con el cártel colombiano del Norte del Valle, sucesor del cártel de Cali, responsable de introducir entre el 30 y el 50 por ciento de la cocaína que entra a Estados Unidos.

El capo colombiano Jaime Maya Durán, detenido en México el pasado 6 de septiembre y extraditado a EU, era escoltado por doce policías del Grupo Especial de Reacción e Intervención de la Secretaría de Seguridad Pública del DF.

Los policías capitalinos tenían la misión de cuidar a los miembros del cártel cuando trasladaban cargamentos de droga desde el aeropuerto del DF a hoteles de Polanco y Reforma.

Además, Crónica documenta hoy que Gabriel Regino y Maya Durán hicieron retiros y transferencias de dinero a una cuenta bancaria a nombre de Armando Rincón Baca, aquí en el Distrito Federal.De confirmarse las informaciones de la DEA, PGR y la policía española, Regino deberá contestar algunas preguntas que van a incomodar a sus jefes.

¿Qué relación hay entre sus presuntas actuaciones al lado del cártel colombiano de las drogas, con la cadena de muertes de jefes policiacos en el Distrito Federal, ejecutados con el tiro de gracia?
¿Los maletines con dólares por servir al narcotráfico, a dónde se iban?
¿Ese dinero, hasta quién o a quiénes llegaba?
¿Qué relación hay entre su presunta protección al narcotráfico y su anuencia implícita para que dos oficiales de la Policía Federal Preventiva que investigaban narcomenudeo en Tláhuac fueran linchados por una turba?
¿Qué relación hay entre sus publicadas ligas con el narcotráfico y el crecimiento exponencial del narcomenudeo en la capital del país?
¿Como jefe operativo de la policía del DF li-gado al narco, otorgó facilidades a los grandes traficantes de droga para hacer florecer el narcomenudeo?
¿Quiénes más están en el negocio?
¿Sólo policías?
¿Ayudó, facilitó u operó la fuga de Eduardo González, colaborador suyo y ex director de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Publica del DF, involucrado en el asesinato de dos militares en Santa Fe que perseguían a narcotraficantes?

Al dejar el cargo para integrarse al “equipo de transición” entre los gobiernos de Encinas y Ebrard,

¿quién o quiénes se quedaron a cargo del negocio de protección a narcotraficantes?
¿Tuvo alguna relación con la fuga del narcotraficante guatemalteco Otto Herrera del penal de Santa Martha Acatitla?

Estas son sólo algunas preguntas que tendría que responder Regino si es que, como todo indica, su liga con el narcotráfico se confirma.Pero tan importantes como sus declaraciones son las respuestas que tendrán que dar quienes encumbraron y defendieron a capa y espada a Gabriel Regino: Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador.

¿Por qué sostuvieron a Regino si a diario aparecían revelaciones sobre los vínculos del alto mando de la policía del Distrito Federal con el crimen organizado?

La protección a delincuentes por parte de la policía que comandaba Regino no era algo desconocido.
Aquí en Crónica se publicó que en junio de 2004 la PGR detuvo a una banda de secuestradores que lideraba el negocio del secuestro en el DF, y que había resultado muy escurridiza para atraparla.

¿Por qué había sido tan difícil su captura?

Porque el jefe de la banda, César Gómez Enrique, alias El Diputado, tenía junto con su familia escolta oficial del Gobierno del Distrito Federal.

Y con él trabaja como responsable de la logística en esa organización criminal, Marco Polo Cervantes Hernández, subdirector de las fuerzas especiales del Grupo Cobra, de la Secretaría de Seguridad Pública del DF.

En ese operativo la PGR detuvo también a Francisco Alberto Martínez y David López León, del Grupo Alfa de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, y a Janet Nicanor Rojas, también del Grupo Cobra, acusado de participar en la intercepción y detención de las víctimas.

¿Por qué Ebrard y López Obrador no llamaron a cuentas al jefe de todos ellos, Gabriel Regino?¿Ni siquiera una explicación?
¿Por qué?Entre 2001 y 2004 el narcomenudeo creció en el Distrito Federal en 762 por ciento, de acuerdo con el informe que la PGR entregó al Congreso con el título de “Problemática Social Generada por el Narcomenudeo”.

Ahí la PGR apunta que el número de pequeños expendios de droga en el Distrito Federal subió a 10,000. Y asienta que la subsecretaría de Servicios Educativos de la SEP informa que 62 mil estu-diantes de secundaria del DF ya son consumidores habituales de drogas.

A la vuelta de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, ubicada en la calle de Liverpool, se pueden encontrar vendedores de cocaína.Hace dos años el reportero Carlos Jiménez constató con los vendedores de droga que operan en las inmediaciones de la SSP, que cada uno de ellos paga a la policía tres mil pesos a la semana para operar sin ser molestado.

Eso se publicó. Lo mismo que el informe de la PGR al Congreso.

¿Por qué entonces sostuvieron a Regino como subsecretario de Seguridad Pública del DF?

Lo que hay en concreto, ahora, es la confirmación de una larga lista de hechos que ame-ritaban la separación de Regino del cargo y una investigación a fondo sobre su comportamiento.

Por ello, sin especular ni adelantar juicios, parece ineludible que el próximo jefe de Go-bierno, Marcelo Ebrard, ofrezca explicaciones sobre los motivos que lo llevaron a promover y a proteger a Regino no obstante la andana de evidencias en su contra.

¿Por qué lo hizo?

Es que la revelación de las ligas de Regino con el crimen organizado explica Tláhuac.
Y explica la explosión del narcomenudeo en la capital del país.
Y explica los crímenes de jefes policiacos ejecutados, al parecer, por la mafia.

¿Explica también la millonaria campaña de López Obrador?
¿Explica también el millonario soporte a las movilizaciones post electorales de López Obrador?¿Explica también el lazo que, de manera insólita, une a Ebrard con López Obrador en la aventura post electoral de desconocer al Presidente Constitucional, como no lo ha hecho ningún otro gobernador del PRD?Para atajar cualquier especulación, Ebrard tendrá que hacer una investigación a fondo y muy rápida para aclarar, ante la opinión pública, dónde iba a dar el dinero que acumulaban los jefes policiacos de la secretaría a su cargo, merced a la protección oficial a narcotraficantes.
De no haber un deslinde claro de parte del nuevo jefe de Gobierno, estaremos ante un acontecimiento de enormes repercusiones políticas.

El Pemexgate y el caso Amigos de Fox serán juego de niños al lado de lo que puede haber con la colusión de las altas esferas de la policía con grandes capos del narcotráfico.
Por el bien de todos, más vale que aclare.
Por Pablo Hiriart

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