Sin la gracia del original
En contraste con los avances en la normalización política lograda en una semana por el presidente a escala nacional, el nuevo jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, retrocedió en tres días a la estridencia retórica del peor discurso polarizador de Amlo, supuestamente inflamatorio de las pasiones vindicativas de los pobres contra los ricos.
En su primera gira de trabajo Ebrard fue a la popular delegación de Iztapalapa y planteó que piensa solucionar el problema de la falta de agua en decenas de colonias de esa demarcación, disminuyendo el abasto a delegaciones con población no popular, específicamente la Miguel Hidalgo, gobernada por una delegada panista.
Sin la gracia del modelo original, Ebrard quiso apelar al lenguaje y a las actitudes plebeyas de Amlo, pero todo conspiró para que apareciera como un plebeyo pirata o como un cacique mandón que reprende a los subordinados que no quieren entender: “Hay personas que salen a barrer con el agua, y les vamos a bajar el agüita que les llega, para que vean lo que se siente y a ver si así entienden”, dijo.
Y más tardó Crónica en reproducir sus palabras contra los habitantes de Las Lomas, Polanco y alrededores, que la delegada panista en Miguel Hidalgo, Gabriela Cuevas, en advertirle al habilitado populista que, si lo hace, convocará a los vecinos a no pagar agua ni predial.
Por José Carreño Carlón
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