lunes, 4 de diciembre de 2006

Doce largos meses en… un minuto real

EL PRD quema sus naves legislativas.
El PRD perderá el 2009 y el PAN
tendrá la mayoría absoluta.
Al PRD no le queda más que la
insurrección revolucionaria, fuera ya de la legalidad.


Quedamos igual: transición o violencia
Al final, en menos de un minuto terminó el proceso electoral mexicano del 2006. Comenzó a mediados de enero con el arranque formal de las campañas y concluyó el viernes minutos antes de las diez de la mañana con la protesta formal de Felipe Calderón Hinojosa como presidente constitucional.

Asimismo, el viernes fue el día más largo de la historia política. No comenzó en el primer segundo después de las doce de la noche sino mucho antes, quizá al atardecer del jueves. Y no concluyó a las doce de la noche de viernes sino a las diez de la mañana del mismo día.
Extrañas horas y momentos registrados en este Diario Político, donde lo personal es reflejo de lo político.
11.00 PM. Jueves 30. Llego de una cena. Reviso materiales y todo sigue igual: sin acuerdos. Anuncian arranque de toma de posesión a las doce de la noche. Buena jugada de Felipe Calderón. Colocará a los perredistas ante lo inevitable: Calderón ya es presidente de la república.

12.05 AM. Viernes 1 de diciembre. Pasó la ceremonia en Los Pinos. Extraña, sin duda. Pero paso audaz para desactivar al PRD. Me llama la atención un detalle: Fox se quita la banda y se la da a un cadente del Colegio Militar. ¿No irá a San Lázaro? Podría ser una buena jugada: enardecer a los perredistas con el amague de que sí va y a la hora decisiva no. Un cadete del Colegio Militar --con el simbolismo de los tiempos de Madero cuando la lealtad del Colegio quedó grabada en la historia de la lealtad-- le entregaría la banda a Calderón en el Congreso. Y Fox no iría para desdramatizar el momento. Pero podría estar Fox y encender el Congreso.

6.00 AM. Reviso periódicos por internet y veo el comienzo de los noticieros. Todo igual. Puras especulaciones. Nada hay cierto. Los ojos comienzan a mirar al Zócalo, donde López Obrador anunció un mitin desde la siete de la mañana. ¿Qué hará?
Reviso también las ocho columnas de los principales diarios:
--El Universal: “Calderón cambia las reglas”.
--Reforma: “Entrega Fox banda; asume Felipe el poder”.
--Milenio: “Asumió por TV”.
--La Jornada: “Entre militares, asume Calderón en Los Pinos”.
--Excelsior: “Día 1”.
--La Crónica: “Calderón asume hoy bajo amenaza golpista del PRD”.
--El Sol de México: “Recibió Calderón la presidencia”.
--Diario Monitor: “Fox rehuyó ir a San Lázaro”.
--La Prensa: “¡Ya es presidente!”.
--El Financiero: “Incertidumbre”.
--El Economista: “Asume Calderón mandato presidencial”.
--Transición internet: “’?”
Esas noticias pronto serán viejas.

7.30 AM. Veo en la televisión imágenes del último día de Fox. Se reunió con invitados extranjeros, los que no se rajaron y asistieron a la ceremonia. El ex presidente Bush, el Príncipe Felipe de España, el gobernador de California y muchos otros.

7.45 AM. ¿Y el PRD? A la espera.

8.15 AM. Comenzó la guerra. El PRD, a golpes, clausuró las entradas al salón de sesiones, a convocatoria de silbatos. Había terminado la tregua. Se trata de evitar que haya quórum en la Cámara y Felipe no pueda protestar. Es decir, el PRD va por la ruptura del orden constitucional. Se trata de una decisión mayor del PRD y de López Obrador que no han medido.
Hay perredistas y simpatizantes que comienzan a ver con sentido crítico la locura de López Obrador. Transcribo dos párrafos de la columna, hoy, de Miguel Ángel Granados Chapa, simpatizante perredista, miembro de una comisión de reforma del partido y ex candidato perredista a la gubernatura de Hidalgo.
Son palabras significativas que, lamentablemente, López Obrador no va a leer; y si acaso las revisa, dirá que son de un traidor:
“Era ilegal, e inconveniente, el anuncio perredista de frustrar la rendición de protesta. A diferencia de la sesión del 1o. de septiembre, en que la ocupación de la tribuna no impidió el cumplimiento de las normas: el Presidente acudió a la sede legislativa y presentó su informe por escrito, en esta oportunidad es inexcusable la obligación constitucional de que Calderón proteste ante el Congreso. Impedirlo, por lo tanto, es una conducta ilícita merecedora de reproche penal, que en el caso de los legisladores iría precedido del desafuero. Esa es una eventualidad que los miembros del Frente Amplio Progresista no pueden ignorar y no deben propiciar.
Una de las peculiaridades de su movimiento es que camina en dos pistas, la institucional y la callejera. Es contraproducente mellar los instrumentos de la acción regulada por la ley y debería por lo tanto evitarse ese efecto.

“Con prudencia semejante a la del día del informe no leído por Fox, los practicantes de la resistencia civil pacífica están hoy reunidos en el Zócalo, sin caer en la tentación de provocar la represión policiaca en que incurrirían de sólo aproximarse a San Lázaro. De igual modo que ni de lejos se pretendió estorbar el 5 de septiembre la declaratoria de Presidente electo no hay razón práctica para evitar la secuela de esa formalidad, que es la toma de posesión.
“Así sea ingenuo, deseemos que transcurra en paz.”

Las escenas por televisión son grotescas. La impotencia política del PRD se transforma en ira y en violencia y comienzan a arremeter a golpes contra panistas. Otro recuerdo: cuando era miembro del consejo editorial de Proceso, un día llegó Julio Scherer de Argentina donde había ido a trabajar información para el mundial de futbol.
Traía entrevistas con dirigentes del grupo guerrillero de Los Montoneros. Al contar las incidencias dijo algo que se me quedó grabado: la portada de una revista en plena dictadura militar, una publicación proclive al fascismo. Una portada se le quedó grabada a Scherer: “¡¡¡Rompan todo!!!” Ya no había ideas. Era el fascismo. Así parecen los perredistas: ya no hay ideas ni propuestas ni razones. Se trata de romper todo.

Parece que fracasará la idea del PRD de impedir el quórum. Por la puerta trasera que se localiza en las banderas a espaldas de la tribuna hay una puerta bajo control del PAN y por ahí ingresan diputados del PRI. Sí habrá quórum. EL PRD quema sus naves legislativas. El PRD perderá el 2009 y el PAN tendrá la mayoría absoluta. Al PRD no le queda más que la insurrección revolucionaria, fuera ya de la legalidad. Y si pierde, entonces tendrá que disolverse y alguien convocar a la fundación de un nuevo partido. No queda otra.

Lamentable tránsito político e ideológico del PRD: de Cuauhtémoc Cárdenas a Gerardo Fernández Noroña. De pena.
Imágenes del México de López Obrador. Así quiere someter al país. Así iba a gobernar si ganaba la presidencia.
Había expectativas de que el PRD entrara en razón. Así lo escribió hoy Jorge Chabat --experto en seguridad nacional, investigador del CIDE-- en su artículo en El Universal:
“Al momento de escribir estas líneas no sabemos de qué forma se va a desarrollar la protesta de Calderón. Quisiera pensar que al final todo va a ser una fanfarronada del PRD y que la Constitución finalmente se va a cumplir. Sin embargo, es muy probable que haya tirones y jalones. A pesar de ello, Calderón será presidente de una u otra forma.

“De hecho, de acuerdo con la Constitución, ya lo es desde el primer minuto de hoy. Pero más allá de la forma en que se desarrolle el acto en el Congreso, queda una profunda sensación de que hay una parte de la clase política que simplemente no cree en la democracia y que hace todo lo posible por destruir las instituciones que tenemos sin poner nada en su lugar. Frente a estas actitudes, es inevitable preguntarse si estos políticos que abiertamente mandan al diablo a las instituciones y convocan a violar la Constitución, deban tener el derecho de competir en el sistema político que tanto desprecian.

“Es cierto que dentro del PRD hay políticos que sí creen en las instituciones y en la política como medio para dirimir las diferencias. Sin embargo, no son hasta ahora quienes llevan la voz cantante en ese partido. A veces parecen asomar la cabeza pero son acallados por el sector radical. A veces sugieren que hay que dialogar y hacer política, pero su llamado no encuentra eco en el PRD, cuya dirigencia está más preocupada por vengar la derrota del 2 de julio que por prepararse para las próximas elecciones.

“Sin embargo, al PRD ya no le queda mucho tiempo. Si en los próximos meses no es capaz de regresar a la vía institucional, es muy probable que no lo haga ya nunca. Si la tendencia antidemocrática en el partido del sol azteca se fortalece, lo que viene es la desmembración y la irrelevancia electoral. Tal parece que cuando López Obrador decía al diablo con las instituciones, estaba incluyendo al PRD entre ellas.”

9.15 AM. López Obrador terminó su discurso en el Zócalo. Convocó a los manifestantes a marchar hacia el Auditorio Nacional a donde irá Calderón después de su protesta. No llegarán, obviamente, pero buscarán chocar con la policía. El discurso del tabasqueño fue improvisado, dicho con torpeza, infantil, con segundos de silencios, como cuando está enojado: pidió aplausos para la prensa que lo apoya y aplausos para los legisladores perredistas --que hace unos momentos se liaron a golpes para poner barricadas en las puertas de acceso a la sala de sesiones.
Me recuerda al López Obrador de la toma de los pozos petroleros: agresivo, rumbo al choque, en busca de la represión. En 1996 se lanzó contra la policía y le dieron un toletazo en la cabeza y lo hicieron sangrar.
En la Cámara comienza a formarse el quórum. La estrategia del PRD de impedir la funcionalidad ya fracasó.

10.00 AM. Ya.
Es extraño. El analista tiene dos formas de encarar la conclusión del proceso electoral: Felipe Calderón protestó como presidente de la república en la Cámara o fracasó el PRD y López Obrador fue derrotado una vez más.

Hay que anotar hechos extraños. Los coordinadores de las bancadas legislativas del PRD, el senador Carlos Navarrete y el diputado Javier González Garza, habían sido los más beligerantes y amenazantes contra la toma de posesión de Calderón. Pero hoy pasaron desapercibidos. Ya no fueron los comandantes del asalto al congreso. Y ahí se desinfló el PRD.
López Obrador marcha del Zócalo hacia el Auditorio Nacional. Pero su lucha fue derrotada. Una derrota más: la campaña, las elecciones, el conteo de votos, el plantón repudiado en el corredor Zócalo-Periférico, el tribunal electoral, las semanas de agresión contra el presidente electo y hoy las toma de posesión.

¿Y la izquierda? Sin duda que es el tema más importante. Más allá de Calderón y de López Obrador. Una izquierda volvió a fracasar. Me llama la atención, por ejemplo, la relación histórica 1968-2006, treinta y ocho años de historia de luchas. Y el detalle es muy vivo: dirigentes estudiantiles de 1968, que sufrieron la derrota de la represión, son hoy legisladores perredistas. Y también representaron una nueva derrota de la izquierda.
Pero se trata de la izquierda maximalista, en el 2006 como en 1968. ¿Qué le ha fallado a la izquierda? Voluntad democrática. En 1988 careció de instrumentos de lucha pero Cárdenas tuvo la visión histórica de fundar el PRD. Y el PRD estaba llamado a ser el gran partido de la izquierda, pero se ahogó en la pequeñez y perdió el rumbo ideológico.
Luego salió el liderazgo de López Obrador, pero sin ideología y sí dominado por el caudillismo.
Y ahí se desvió de la oferta de izquierda. Y más tarde llegó el radicalismo agresivo, verbal y violento de López Obrador. Y el PRD ganó espacios legislativos y no la presidencia. Y López Obrador se enojó porque quería el poder para él y no para sus legisladores. Y el PRD se hundió. Y perdió.

Pero el país requiere de una izquierda. Urge frente al fortalecimiento del PAN. Y ante la expectativa de ganar la mayoría absoluta en las elecciones del 2009 por el papel negativo del PRD en el Congreso y la factura correspondiente en contra. Pero una izquierda con tres características fundamentales, entre otras: un socialismo democrático, una construcción de un frente de clases y una oferta de gobierno de izquierda real y no caudillista.

12.30 PM. Todo es fiesta en el Auditorio. En Reforma, La marcha de López Obrador es detenida a la altura de la Torre Mayor, en la esquina de Lieja. A pesar de su enojo, López Obrador ya no insiste. Hubo mucha gente en el Zócalo pero mucho menos en la marcha. Junto a él caminó la plana mayor del PRD; Jesús Ortega, Leonel Cota, Martí Batres, los mismos que tendrán que entregar cuentas al partido de su fracaso.

La rueda de la institucionalidad comenzó a moler a la protesta. Ahí estuvo el error: López Obrador desdeñó las señales de la realidad. No atendió a quienes le dijeron que era un error su lucha. Que iba a ser imposible evitar la toma de posición. Que había que cambiar la estrategia cuando los panistas los madrugaron y tomaron primero la tribuna. Pero fue inútil tratar de razonar con López Obrador. Como en sus marchas violentas del pasado, la derrota será su único camino.

La apuesta de López Obrador era provocar la violencia y la represión. Pero leyó mal las estrategias oficiales. No entendió el modelo Oaxaca: no reprimir sino desalojar. EL PRD esperaba a la policía dentro de la Cámara. Nunca pensaron que los legisladores panistas habían sido adiestrados en defensa personal y en maniobras militares. Y que Felipe Calderón es un fanático de ese juego de guerra que se vende para computadora.

18.00 PM. Hace ya horas que terminó todo. El último intento del PRD fue intentar la violencia en el Auditorio Nacional pero nunca pudieron llegar.
Lo que queda es analizar las conclusiones. Perdió López Obrador porque llevó al PRD y a la izquierda a una derrota histórica y carece de opciones. Pero perdió el país porque el acoso de López Obrador lo llevó a optar por medidas de orden y no de transición. Y perdió Calderón porque fue orillado a definiciones de dureza antes que políticas.

20.00 PM. Se acabó. La derrota de López Obrador y el PRD, sin embargo, dañó las expectativas políticas. El PRD se dedicará a acosar a Calderón y a negar cualquier acuerdo con el PAN. Por tanto, el PAN esperará hasta el 2009 para ganar la mayoría absoluta en la Cámara, gracias al desmoronamiento del PRD. Al final, la estrategia absurda de López Obrador dejó al país sin una opción real de izquierda. Tardará en construirse otra. Y como el PRD no va a pactar con el partido --a decir de López Obrador-- de la “derecha neofascista”, entonces el PAN gobernara solo.

No queda más que el apunte final. Aquella sentencia de Jesús Reyes Heroles al recibir la solicitud de registro del Partido Comunista Mexicano y que podría ser el epitafio político de López Obrador: “llevar al régimen a la derecha depende (…) de la ineficacia de la izquierda en impedirlo”. La izquierda perdió espacio. Y la derecha se quedó con todo el espacio político.
Por Carlos Ramírez

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