Los Perredistas Mantienen Viva
La Llama Etica de Nefastóteles
Los porredistas mantienen viva la llama ética de Nefastóteles; preclaro discípulo, a su vez, del insigne maestro Appócrates, así apodado en remembranza de una escuela mística que, infortunadamente, ya no existe.
Como todo el mundo sabe, es cumbre del pensamiento nefastotélico la famosa Ética a Macaco, o Ética Macaquea, con que el insigne pensador Nefastóteles reveló a su aventajado discípulo Macaco los fundamentos de la conducta cívica.
Es conveniente repasar la ética nefastotélica, en virtud del reciente auge del grupo seguidor de tal filosofía llamado “Porros por el Rencor y el Desquite” (PRD).
Como todo el mundo sabe, es cumbre del pensamiento nefastotélico la famosa Ética a Macaco, o Ética Macaquea, con que el insigne pensador Nefastóteles reveló a su aventajado discípulo Macaco los fundamentos de la conducta cívica.
Es conveniente repasar la ética nefastotélica, en virtud del reciente auge del grupo seguidor de tal filosofía llamado “Porros por el Rencor y el Desquite” (PRD).
Dice así el Decálogo de la Ética para Macaco:
1. La absoluta máxima de Macaco, de la que se derivan las demás, dice: “El respeto ajeno a mi derecho, es la paz”. Y si el derecho propio es absoluto, el derecho ajeno no tiene importancia (tampoco la paz).
2. A menos que favorezca al irrestricto cumplimiento de la norma primera, no tiene validez alguna el instrumento burgués que nuestros adversarios hacen llamar “ley”.
3. Por ello, quien no pertenezca al PRD no tiene derecho alguno. No importará bloquearlo, molestarlo, insultarlo, o provocar desunión y discordia. Nuestros adversarios son el enemigo, aunque no siempre se les llame así.
4. Por idéntica causa, pertenecen legítimamente a cualquier macaco todos los plátanos, prerrogativas, propiedades y beneficios de toda índole.
5. Para conseguir lo anterior, se ejercerá legítimamente toda la violencia que se desee; pero siempre, y sin excepción, diciendo que se trata de acciones pacíficas.
6. Ningún macaco tendrá necesidad de justificar nada ante nadie, porque el derecho ajeno es ilegítimo y producto del robo; pero podrá usar todo medio para difundir que su causa es justa.
7. En toda elección, la conducta porredista aceptará como legal y legítimo todo resultado favorable, por ser triunfo de la voluntad popular; cualquier resultado adverso al PRD será necesariamente antidemocrático y fruto del fraude electoral.
8. Para toda expresión de algún tribunal, será aplaudida por válida y juiciosa toda opinión a favor nuestro de un juez o magistrado, independientemente de que la sentencia final (unánime o no) fuese adversa al PRD.
9. El PRD se asume como izquierda. Por tanto, cualquiera no afiliado a él formará parte de la derecha, y podrá espetársele a discreción el calificativo que cada porredista desee: fascista, burgués, legaloide, espurio, pelele, etcétera.
10. Dado que el PRD es un especialísimo privilegio, todo macaco que llegase a expresar una opinión diferente de la expresada por el Caudillo de Caudillos o pretendiese un curso de acción no expresamente autorizado, será catalogado como traidor y aliado de nuestros adversarios, con todas las justas consecuencias del caso.
NOTA DEL AUTOR: al cierre de este artículo, corrían versiones de que aún existe un grupo de siglas PRD –a no confundir con el anterior– llamado “Partido de la Revolución Democrática”; agrupa a personas que practican, casi en el clandestinaje, modos distintos de pensar y de actuar. A ese grupo –en riesgo de extinción– le molesta que lo relacionen con “Porros por el Rencor y el Desquite”. Los dispersos miembros de ese organismo, que no practican la antigua Ética a Macaco, parecen hacerse llamar perredistas, para distinguirse de los multicitados porredistas.
Por Fernando Amerlinck
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