¿Sí participaron Salinas y Diego?
Cuando todos pensaban que se había terminado el caso de los videoescándalos de 2004,
Cuando todos pensaban que se había terminado el caso de los videoescándalos de 2004,
Desde el profundo sur del continente latinoamericano se prepara una segunda edición que promete ser aún mejor que las ligas del lopezobradorista René Bejarano.
El empresario y editor Carlos Ahumada Kurtz se encuentra en Buenos Aires escribiendo un libro revelador sobre el conflicto que lo mantuvo tres años en la cárcel: los videos de la corrupción en el gobierno del DF de Andrés Manuel López Obrador.
Y el texto promete ser demostrativo: contaría el papel del ex presidente Carlos Salinas y del panista Diego Fernández de Cevallos en la difusión de los videos que exhibieron la corrupción del tabasqueño.
Si bien hay videos grabados en Cuba donde Ahumada habló de la operación política para la difusión de los videos del escándalo de 2004, en su libro va a precisar fechas, reuniones, compromisos y acuerdos. Inclusive, Ahumada podría contar algunas anécdotas de varias de sus reuniones en casa de Salinas y en las que se habló de la circulación pública de las grabaciones. Y contaría también sus reuniones con Diego y los compromisos asumidos.
Asimismo, hay indicios de que en el libro también se va a difundir el papel del entonces presidente Vicente Fox y de su esposa Marta Sahagún. Y de paso, se sabrá si el dueño de Televisa tuvo un papel activo en la operación política para exhibir la corrupción del gobierno de López Obrador o sólo abrió el espacio para la difusión de los videos.
Ahumada salió hace unas semanas de la cárcel. Ahí estuvo tres años sin ayuda de ninguno de los beneficiarios de los videoescándalos. Peor aún, hubo algunos que se comprometieron a protegerlo después de la exhibición de las grabaciones y después lo abandonaron. Inclusive, Ahumada va a contar la traición de Fidel Castro a Carlos Salinas, pues el ex presidente mexicano abrió la puerta de Cuba a Ahumada para huir de la justicia mexicana, pero el dictador caribeño operó para intervenir en política mexicana y ayudar a López Obrador.
El libro de Ahumada será revelador de la operación política que tuvo a Salinas y a Diego en el centro de la utilización de los videos. Lo más grave para estos dos personajes es que Ahumada tiene en su poder videos y grabaciones de la participación de ambos en la triangulación de los videos de Bejarano y Gustavo Ponce.
La estrategia fue la de difundir los videos para mostrar el lado oscuro de López Obrador, el de la corrupción al viejo estilo priísta. El libro de Ahumada contaría, en este contexto, la participación de Salinas, Diego, Fox y Marta en la decisión de Ahumada de exhibir a los colaboradores del tabasqueño. También Ahumada contaría la traición de Salinas y Diego y los acuerdos económicos de por medio que los dos no cumplieron.
El libro de Ahumada contaría una maniobra política. López Obrador magnificó el concepto de complot pero en el fondo eran videos que exhibían la corrupción real de colaboradores de López Obrador. Gustavo Ponce era el encargado de las finanzas públicas en el DF y nadie sabía de sus viajes a Las Vegas cada fin de semana con dinero de Ahumada. Huido Ponce, López Obrador ordenó tapas las finanzas del GDF para cubrir huecos.
El caso de Bejarano fue diferente. Como principal y único operador de confianza de López Obrador, Bejarano le exigió dinero a Ahumada a cambio de posiciones en delegaciones capitalinas. Ese dinero, como lo aceptó el propio Bejarano, lo recibió con la autorización de López Obrador. Esos fondos fueron a las cuentas privadas y secretas de López Obrador para financiar sus movilizaciones, plantones y giras.
La historia se politizó cuando Ahumada decidió difundir los videos ante las amenazas de Bejarano y el acoso de López Obrador. Al más puro estilo de la mafia, el grupo de López Obrador le sacó dinero a Ahumada y luego lo quiso enjuiciar. La historia posterior a la decisión de publicitar los videos va a ser contada por Ahumada con todas sus evidencias. De esos días se sabe la intervención de Salinas y Diego, su papel de intermediación y los compromisos económicos con el empresario y editor.
De ahí que la segunda fase de los videoescándalos va a tener a Salinas y a Diego como las estrellas centrales. Los dos fueron los más interesados en darles a los videos una capitalización política. Por tanto, será más que impactante la forma en que Ahumada vaya a revelar cómo se tomó la decisión política de difundir las imágenes y qué papel jugaron Salinas y Diego. Cuando la crisis estalló con la persecución de Ahumada por el mundo, su refugio en Cuba y el juego traidor de Fidel Castro, Salinas y Diego abandonaron al empresario y editor pero sin cumplir los compromisos originales.
Hasta ahora Ahumada ha guardado silencio sobre todos los elementos políticos que rodearon los videoescándalos. Pero Salinas y Diego se han querido deslindar de compromisos, acuerdos y corresponsabilidades. Salinas hizo nada cuando Ahumada fue torturado por la temible y criminal policía política cubana y Diego se alejó del caso pese a su papel protagónico.
De ahí que Ahumada haya preferido la distancia de Argentina para sentarse a redactar tranquilamente su libro sobre los videoescándalos.
Por Carlos Ramírez.
Post RLB Punto Politico.
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