lunes, 20 de agosto de 2007

PRD va contra Pemex

En medio de su peor crisis política local, el PRD de Tabasco ha enfilado sus baterías contra Petróleos Mexicanos en una disputa por el control y la supervisión de los recursos petroleros locales para medio ambiente y desarrollo social.

El conflicto se localiza alrededor de las Comisión Interinstitucional para el Medio Ambiente y el Desarrollo Social (Cimades), una oficina creada por el gobierno priísta de Enrique González Pedrero a mediados de los ochenta, del que Andrés Manuel López Obrador formó parte como presidente estatal del PRI y oficial mayor.
Hoy los dos forman parte del mismo grupo del perredismo ex priísta y populista.

La ofensiva del PRD estatal --a través de dos periódicos locales que operan como voceros del lopezobradorismo y del perredismo en declinación, uno de ellos propiedad del siempre derrotado ex priísta y ex madracista César Raúl Ojeda-- no busca transparentar los fondos que recibe el gobierno del estado como aportación por la explotación de petróleo en zonas indígenas y campesinas, sino que forma parte de la disputa contra Pemex ordenada por López Obrador.

El conflicto en el Cimades no es gratuito. El gobierno priísta de González Pedrero logró convencer al gobierno federal que la explotación de yacimientos petroleros en Tabasco debía de dejar recursos adicionales a la entidad por los daños a las zonas energéticas.

Este argumento de afectaciones a comunidades fue luego explotado por López Obrador en su fase de agitador social para cerrar los accesos a pozos petroleros como protesta por los daños ecológicos pero también como instrumento de presión para intentar revertir las derrotas electorales perredistas.

En este sentido, la ofensiva perredista contra Cimades forma parte de la misma estrategia lopezobradorista de reventar instituciones que tienen que ver con Pemex como un instrumento de presión política. El PRD en Tabasco está desesperado por reposicionarse en la entidad, luego de sus sonados fracasos electorales con César Raúl Ojeda al frente.

La entidad de López Obrador ha sido desperredizada. Una reciente encuesta de la empresa Ulises Beltrán y Asociados, de principios de julio de este año, reveló que el PRD tiene apenas una base electoral de 11%, contra 40% del PRI y 6% del PAN.

La familia de López Obrador se encuentra metida en escándalos de corrupción que tuvieron que ver con los años de Andrés Manuel en la jefatura de gobierno del DF. Los principales operadores de la presidencia carnavalesca de López Obrador son de Tabasco.

De ahí que se haya politizado --peor aún: partidizado-- la tarea de Cimades, cuyos fondos han sido auditados por la Contraloría del estado y por la Secretaría de la Función Pública. El instrumento del PRD es la Asociación Ecológica de Santo Tomás, controlada por perredistas en 1995 para trabajar en las comunidades. Hoy opera cono fachada política de la tribu perredista de López Obrador. Sin embargo, el documento de denuncia --basado en cifras liberadas por orden del Instituto Federal de Acceso a la Información- están acomodadas a favor de los intereses perredistas.

El asunto tiene que ver también con el fracaso de los mecanismos autoritarios de control político. El perredismo lopezobradorista tabasqueño actúa como mafia y sociedad secreta. El acoso contra Cimades tiene que ver con el hecho de que la actual coordinadora general del Centro es la oceanóloga Silvia Whizar Lugo, quien fue fundadora de la Asociación Ecológica Santo Tomás pero luego se fue a trabajar en una oficina gubernamental y hoy está enfilada hacia la Secretaría de Medio Ambiente del gobierno estatal. De ahí que la ofensiva perredista contra Cimades sea una treta para castigar a quienes hayan abandonado el buque lopezobradorista. Un ajuste de cuentas al estilo de la mafia de Chicago.

Los datos usados por la Asociación Ecológica fueron entregados por la propia Cimades. Pero en su denuncia al Congreso, la Asociación Ecológica confunde cifras, montos, destinos y gastos de los fondos de Pemex. El problema radica, además, en el hecho de que el PRD de López Obrador se quiere apropiar de la agenda que tenga que ver con Pemex. Los gobiernos estatales tienen fondos adicionales a las participaciones fiscales por su condición de estado productor de petróleo.
En las luchas violentas de la primera mitad de los noventa, López Obrador llegó a tomar por asalto las instalaciones de Pemex para protestar contra daños ecológicos de Pemex ya asumidos en el Cimades. Hay videos que revelan la toma de la torre de Pemex por, entre otros, dos entonces diputados perredistas de la línea de la confrontación violenta: Alejandro Encinas y Martí Batres, hoy dos de los principales activos de la tribu de López Obrador. En aquel entonces se trataba de generar inestabilidad.

Lo que ocurre en Tabasco forma parte de la estrategia de lucha de López Obrador contra Pemex por vías fuera de las instituciones. En Tabasco vienen plantones y amenazas de tomas de pozos petroleros. No hay que olvidar que aquí en Tabasco los perredistas lopezobradoristas tienen autorización para incendiar pozos petroleros cuando lo ordene el caudillo López Obrador.

Por Carlos Ramírez.
Post RLB Punto Politico.

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