miércoles, 12 de marzo de 2008

FARC, EPR y Cártel Sinaloa + Chapo 91 y Atentados a PGR

A pesar de la negativa apresurada del EPR de mantener relaciones con el narcotráfico, el conflicto Ecuador-Colombia aportó una pieza para cuadrar el rompecabezas de la narcoguerrilla mexicana. La presencia activa de Lucía Morett Alvarez en el campamento bombardeado de las FARC --la guerrilla articulada al narco colombiano-- fijó la pista para interpretar los jeroglíficos de la narcoguerrilla mexicana:

Morett tiene vínculos con el EPR a través del Comité de los Hermanos Cerezo, arrestados bajo el cargo de colocar explosivos en sucursales de Banamex. Sería también la relación del EPR con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la narcoguerrilla colombiana.

El principal socio de las FARC en México es el cártel de Sinaloa de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, a quien señalan como el responsable del petardazo accidental en las inmediaciones de la Secretaría capitalina de Seguridad Pública. Los operadores del petardo forman parte de los grupos radicales de Tepito, algunos de ellos vinculados a la guerrilla.
Pero hay más: el cártel de El Chapo fue identificado como el organizador de un intento de atentado en diciembre pasado contra el subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos, luego de atrapar a una narcocélula cerca del domicilio particular del funcionario federal encargado de la lucha contra el narco.
Y más:
El Chapo Guzmán fue detenido en 1991 por la policía capitalina, pero soltado luego de pagar un soborno de cien mil dólares al entonces jefe policiaco salinista-camachista Santiago Tapia, quien fue condenado a 27 años de prisión a mediados del 2001 justamente por ese hecho.
Tapia había sido designado jefe de policía en 1991 por el entonces regente Manuel Camacho, pero dependía de su operador Marcelo Ebrard.
El Chapo eludió la cárcel gracias a la policía capitalina salinista y reaparecería en 1993 en el asesinato del cardenal Jesús Posadas Ocampo en Guadalajara, un prelado incomodo para el gobierno de Salinas.
Las FARC han usado el territorio mexicano para enviar cocaína a los Estados Unidos.
De acuerdo con especialistas, alrededor del 70% de la coca de Colombia a los EU es de las FARC. De ahí el papel clave de sus socios del cártel de Sinaloa de El Chapo y la cobertura de una organización guerrillera. Asimismo, las FARC se han especializado en el uso de explosivos letales pero de corto alcance, como los que usan en burros, perros y bicicletas para afectar al adversario en actos sólo para provocar terror.
En este contexto fue significativo el comunicado apresurado del EPR a dos días del petardazo en Avenida Chapultepec para deslindarse de cualquier relación con el narco.
Sin embargo, han aparecido los datos que vinculan oficialmente al cártel de Sinaloa con el petardazo y de ahí a relaciones del EPR con el narco. Hasta ahora las indagaciones oficiales llegan a la relación Tepito-narco-cártel de Sinaloa, pero no falta mucho para cuadrar el asunto con la guerrilla del EPR presuntamente vinculada al narco.
Para la publicación Punto y Aparte de Oaxaca, que ha seguido puntualmente la actividad guerrillera del EPR en el conflicto de la APPO en la entidad, la conexión de la narcoguerrilla eperrista sería justamente Lucía Morett Alvarez. En un texto firmado por su director Juan José Díaz Bermúdez se recuerda el involucramiento del EPR con la APPO.
El asunto no termina ahí. El texto de Díaz Bermúdez revela la presencia de células chavistas en el conflicto de la APPO en Oaxaca. Otras células bolivarianas participaron en la campaña presidencial de López Obrador inclusive fueron atrapadas agrediendo al periódico La Crónica. A este contexto se agrega el papel detonador de Venezuela en la crisis Ecuador-Colombia, con presiones del presidente Chávez a Ecuador y Nicaragua para romper relaciones diplomáticas con el gobierno colombiano del presidente Alvaro Uribe.
La tesis de la narcoguerrilla fue utilizada en Indicador Político el pasado miércoles 20 de febrero --que provocó una rápida respuesta negativa del EPR-- a partir de ciertos hechos que el petardazo en Avenida Chapultepec no ha aclarado: la dimensión del petardazo es menor al motivo terrorista que dicen las autoridades, no han indagado la relación cártel de Sinaloa-EPR-Tepito, el narco ataca con mayor fuerza y más una organización como la de El Chapo y no se ha satisfecho la vinculación Sinaloa-Tepito con un ataque tan desorganizado como el de usar a un tipo que va en la calle jugando con el petardo en las manos.
La presencia de Morett Alvarez y varios mexicanos en el grupo de las FARC va mucho más allá de un simple viaje de estudios. Y la relación de Morett Alvarez con el grupo de los hermanos Cerezo y de ahí al EPR tiene más fuerza que la que las propias autoridades han querido darle. Y lo más importante del asunto es la presunta relación no investigada a fondo del cártel de Sinaloa con las FARC y su posible extensión al EPR mexicano.
Por el presunto papel de células chavistas en México con el EPR y la alianza Chávez-López Obrador, las autoridades capitalinas podrían tergiversar la investigación del petardazo para ocultar el surgimiento de la narcoguerrilla en México. Pero el problema existe y es grave.

Por Carlos Ramírez.
Post RLB Punto Politico.

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