lunes, 10 de marzo de 2008

Tronó La reforma energética

Como el debate está abierto aún sin conocer la iniciativa de la reforma energética, la sociedad debe involucrarse muy directamente en la discusión del futuro de los recursos naturales. Porque lo que está juego no es Pemex sino la propiedad del subsuelo. Y van ganando los políticos y no la sociedad.

Las posiciones se han polarizado. López Obrador encabeza la corriente que no quiere reformas sino reasignaciones internas. Y Calderón podría estar del lado de la renovación total de la política energética, incluyendo la flexibilización de la propiedad estatal sobre los recursos del subsuelo.
Falta la posición intermedia. Pero el debate ha llevado al país a un falso escenario: ni la solución está en la privatización del petróleo y de su empresa ni en el fortalecimiento del sector paraestatal energético.

El problema radica en el hecho de que el actual modelo energético fue funcional a la presencia abrumadora del PRI en las posiciones políticas y de poder. Es decir, que lo que está a debate es el modelo priísta de política energética. Y de paso, en que la crisis de Pemex responde al agotamiento del esquema de empresa paraestatal que inventó el PRI.

Asimismo, la crisis en Pemex es reflejo del colapso del modelo de política presupuestal también del sistema priísta. Por ejemplo, Pemex tiene que darle sus ingresos al gobierno para sostener el presupuesto que contiene, entre otras irregularidades, el costo del Fobaproa que se les sigue pagando a los banqueros.
Por tanto, no hay ingreso petrolero que alcance
.
Y existen otros problemas. Se destaca que Pemex ha obtenido ingresos extraordinarios por el aumento del precio internacional de petróleo, pero se quiere ocultar el hecho de que también han aumentado los gastos de importación de gasolinas porque los gobiernos de De la Madrid, Salinas, Zedillo y Fox pospusieron la construcción de refinerías.
De ahí que el debate debe ser integral; qué tipo de empresa paraestatales debe haber, cómo se debe reorganizar el presupuesto antes de la reforma y de qué manera se debe relanzar el sector energético para crear una verdadera industria integral.

Lo malo es que hemos caído en las redes de los intereses creados. López Obrador encontró en el petróleo una bandera. El PRI quiere vender cara su bancada en el congreso para pactar temas ajenos al petróleo. Y el PAN le ha entrado con temor al problema. Y lo peor parece haber llegado. La crisis por el caso de Juan Camilo Muriño, secretario de Gobernación denunciado por López Obrador, llevó al PAN a pactar acuerdos con el PRI para una reforma energética funcional al PRI y no al PAN ni al país.

Por Carlos Ramirez.

Post RLB Punto Politico.

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