Que no se nos olvide la actitud intolerante
y tiránica del propio López Obrador
durante la campaña electoral
al atacar continuamente
a los medios de comunicación
que osaban criticarlo;
¿que hubiera sido de estos si López
hubiera ganado las elecciones?
La actitud de varios miembros de la dirigencia y de militantes del Partido de la Revolución Democrática ante la decisión dictatorial de Hugo Chávez de no renovar la concesión a la cadena de televisión venezolana RCTV, un atentado a la libertad de expresión y de manifestación de ideas, es una muestra más de lo poco democráticos que son en ese partido, no importa que así se llamen.
Su servilismo, su actitud rastrera ante un dictador como Chávez, como lo han sido históricamente frente al otro dictador latinoamericano, Castro, dejan ver el verdadero rostro de esa izquierda mexicana, esa que añora a la dictadura stalinista, la misma que asesinó a mansalva a millones de habitantes de la otrora URSS.
Está entre nosotros esa izquierda que en su momento festejó la decisión de Echeverría de romper relaciones diplomáticas con Chile después del golpe militar que derrocó a Allende porque se instituyó una dictadura fascista que abolió la democracia pero que ahora, ante actos igualmente graves que atentan en contra de la democracia en Venezuela por parte de un coronel golpista, le festinan todos sus actos, no importa qué tan tiránicos y dictatoriales sean éstos, y sólo porque ese dictador se dice ser de izquierda.
El PRD, que en sus orígenes luchó para que en México se instituyera un verdadero sistema democrático ante la farsa democrática que era el sistema político mexicano, la “dictadura perfecta” en palabras de Mario Vargas Llosa, es ahora un partido que encabezado por el Sr. López, otro dictador en potencia, denigra y socava a las instituciones democráticas mexicanas. Que no se nos olvide la actitud intolerante y tiránica del propio López durante la campaña electoral al atacar continuamente a los medios de comunicación que osaban criticarlo; ¿que hubiera sido de estos si López hubiera ganado las elecciones?
La actitud que ha asumido el PRD en los últimos meses, no sólo la de apoyar todos los actos del dictador venezolano, asistiendo inclusive a las fiestas en donde se festejan los atentados que comete en contra de las libertades individuales, sino inclusive la de tratar de subvertir al gobierno mexicano legítimamente constituido, es una campana de alerta para todos aquellos que valoramos las libertades individuales. Como Nación y como individuos no podemos permitir que crezca entre nosotros esa “hierba mala” escondida tras la carátula de un partido político que tiene como un principio que guía sus acciones la restricción o inclusive la abolición de las libertades individuales y que ansía reproducir en México una dictadura tipo chavista o inclusive una como la de sus iconos históricos, Stalin y Castro.
El PRD, que en sus orígenes luchó para que en México se instituyera un verdadero sistema democrático ante la farsa democrática que era el sistema político mexicano, la “dictadura perfecta” en palabras de Mario Vargas Llosa, es ahora un partido que encabezado por el Sr. López, otro dictador en potencia, denigra y socava a las instituciones democráticas mexicanas. Que no se nos olvide la actitud intolerante y tiránica del propio López durante la campaña electoral al atacar continuamente a los medios de comunicación que osaban criticarlo; ¿que hubiera sido de estos si López hubiera ganado las elecciones?
La actitud que ha asumido el PRD en los últimos meses, no sólo la de apoyar todos los actos del dictador venezolano, asistiendo inclusive a las fiestas en donde se festejan los atentados que comete en contra de las libertades individuales, sino inclusive la de tratar de subvertir al gobierno mexicano legítimamente constituido, es una campana de alerta para todos aquellos que valoramos las libertades individuales. Como Nación y como individuos no podemos permitir que crezca entre nosotros esa “hierba mala” escondida tras la carátula de un partido político que tiene como un principio que guía sus acciones la restricción o inclusive la abolición de las libertades individuales y que ansía reproducir en México una dictadura tipo chavista o inclusive una como la de sus iconos históricos, Stalin y Castro.
¿Debemos seguir financiando con recursos públicos a una organización que desdeña la democracia y la libertad? Argumentar que México requiere tener un partido de izquierda no es suficiente, menos aun si los miembros de ese partido se han convertido en lambiscones de un dictador que está dispuesto a pisotear las libertades. Seguramente hay mejores usos para nuestros recursos.
Por Isaac Katz .
RLB Punto Politico.
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