martes, 31 de julio de 2007

La tragicomedia del chino

Debe ser muy lamentable para los funcionarios involucrados que un caso que comenzó siendo un triunfo para el gobierno mexicano se haya transformado en una tragicomedia como la que hemos visto en las últimas semanas.

En un principio parecía un gran triunfo para las autoridades mexicanas. El pasado 15 de marzo un operativo de la PGR decomisó 205 millones de dólares en efectivo, 17 millones de pesos, divisas de otro tipo y armas en una residencia en Sierra Madre 515 en Las Lomas de la ciudad de México. Se trataba del mayor decomiso en efectivo en la historia no sólo del país sino del mundo.

Este gran triunfo, sin embargo, se ha convertido gradualmente en un gran golpe político para el gobierno de Felipe Calderón. En primer lugar esto ha sido producto de las acusaciones del dueño de la casa, el chino naturalizado mexicano. Zhenli Ye Gon, pero también por evidentes errores de comunicación del gobierno de la república.

Tengo la impresión de que los responsables de la comunicación gubernamental nunca se imaginaron el alcance que llegaría a tener este caso. Si bien las acusaciones de Zhenli Ye Gon eran cuestionables en un principio, y se volvieron francamente increíbles después, las reacciones de los funcionarios del gobierno mexicano fueron bastante deficientes.

El ver a un secretario del trabajo dejar sus responsabilidades en nuestro país para ir a Estados Unidos con el fin de buscar a un abogado para demandar al chino-mexicano no hizo más que darle credibilidad a sus acusaciones. Las declaraciones del presidente Calderón, en que condenaba a la cárcel al acusado antes de que un juez hubiera siquiera empezado a ver el caso, se han convertido ahora en el argumento principal de la defensa de Zhenli para demostrar que no podrá tener en México un caso justo. Y qué lamentable la conferencia de prensa, ampliamente promovida por Los Pinos, este pasado 26 de julio, para mostrar cómo se estaban repartiendo el dinero confiscado la PGR, el Poder Judicial y la Secretaría de Salud.

La historia de Zhenli, o el “cuento chino” como le llamó el presidente Felipe Calderón, se ha convertido en parte del folclor político de nuestro país. La frase “Coopelas o cuellos” es ya un clásico. Hay que reconocer que después de la obsesión que los medios mexicanos tuvieron durante meses con las ejecuciones y los operativos contra el narco este caso ha generado una especie de bienvenido alivio.

Pero no podemos dejar de preocuparnos por los temas más profundos de la historia de Zhenli Ye Gon. Y aquí el cuestionamiento tiene que ver con la forma en que las sustancias químicas de la empresa del chino se introdujeron a nuestro país. ¿Cómo se importaron 60 toneladas de pseudoefedrina a México? ¿Es tan grande la corrupción de nuestras aduanas o tan laxa la legislación en la materia? O acaso, como lo ha dicho Zhenli, ¿estas importaciones eran perfectamente legales?

Vale la pena recordar que las sustancias importadas por la empresa del chino no estaban destinadas a un pequeño laboratorio clandestino sino a una gran planta de 14 mil metros cuadrados en Toluca. Zhenli afirma que nunca trató de introducir estos productos de manera subrepticia al país sino que siempre usó documentación que acreditaba el producto. ¿Es esa la manera de actuar de un narcotraficante?

Son muchas las dudas que quedan al respecto de este caso. Esperemos que se vayan resolviendo y que el gobierno mejore su política de comunicación. Debe ser muy lamentable para los funcionarios involucrados que un caso que comenzó siendo un triunfo para el gobierno mexicano se haya transformado en una tragicomedia como la que hemos visto en las últimas semanas.

Por Sergio Sarmiento
Post RLB Punto Politico.

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