martes, 22 de agosto de 2006

Aristegui y las exigencias del culto a Andrés Manuel


La del jueves 17 de agosto debió ser una larga noche de reflexión para Carmen Aristegui. A la mañana siguiente correría el riesgo de quedar etiquetada como pieza clave de un engranaje propagandístico cuidadosamente estructurado tal vez por cierto sector del gobierno cubano; quizás por una de las fracciones del lopezobradorismo, probablemente por ambos, aunque haya quienes dicen que por ninguno.
Como comentarista de CNN en español y Televisa Radio, Aristegui fue seleccionada para impulsar un debate que pudiera contribuir a recuperar la cohesión de un movimiento lopezobradorista que cada vez hace más evidentes sus fracturas. La apuesta era riesgosa.
Se basaba en reciclar un video claramente manipulado con fragmentos de la confesión grabada al polémico empresario, Carlos Ahumada, en un centro de reclusión cubano.
La mañana del viernes 18 de agosto Aristegui decidió correr el riesgo pero intentó una especie de “vacuna” subrayando el valor periodístico de un material que, por la forma en que le fue proporcionado y por el tratamiento que recibió, estaba destinado a generar múltiples suspicacias. Dijo que no era ingenua, que sabía que le habían hecho llegar el material con una intencionalidad política, que se trataba de llevar la atención hacia la idea del complot foxista del que había sido víctima López Obrador.
A pesar de que sus palabras parecían revelar un conflicto interno, a las 8:30 de la mañana Aristegui detonó el mecanismo de propaganda. A las 8.50 estaba terminando de difundirse el video y cuatro minutos después Milenio online informaba del contenido, enfatizando que ésta era la prueba de la existencia del complot que López Obrador siempre denunció.
Simultáneamente, Aristegui conversaba con José Antonio Crespo para marcar lo que debía ser la línea de interpretación del material presentado: Se demuestra un operativo de Estado para impedir que López Obrador llegue a la Presidencia. Ya desde 2004 estaba sugerida esta participación, pero el valor de este material es que da nombres y le quita autoridad moral a Santiago Creel para ser líder de los senadores del PAN.
Más tarde, Horacio Duarte anunció que presentaría el video ante el Tribunal Electoral como prueba de la intromisión de Fox para impedir que López Obrador llegara a la Presidencia.
A pesar de todo, el secretario general del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo deslindó a su partido de la difusión del video. Pero esa tarde, también en Televisa Radio, Carlos Loret de Mola entrevistó a Claudia Sheinbaum y hábilmente la fue llevando a presentarse como una de las más beneficiadas por la maniobra propagandística. En un inicio Sheinbaum declaró que para ellos no fue sorpresa (la difusión del video) y dijo que el material sólo servía para confirmar lo que López Obrador siempre había dicho sobre la existencia de un complot.
Loret utilizó este señalamiento para desacreditar los argumentos con que Aristegui pretendió “vacunarse”. Hizo notar, con un dejo de ironía, que Sheinbaum tenía razón, que realmente no hay nada nuevo en esta historia salvo, quizás, que sea Ahumada quien aparezca dando nombres. Luego mencionó que hay quien dice que este video fue un regalo de Castro a López Obrador, a lo que Sheinbaum respondió que no sabía si esto era así, pero que era importante considerar el momento político en el que se reveló. Cuando Loret mencionó que había quienes consideraban que éste era un movimiento desesperado por parte de la coalición, Sheinbaum reaccionó y trató de enmendar lo dicho anteriormente. Puso especial énfasis en señalar que ella no tenía conocimiento del video y que no sabía cómo le llegó a Aristegui. Cuando Loret aumentó la presión haciéndole notar que seguramente todo esto era de su agrado en su condición de esposa de Carlos Imaz, Sheinbaum perdió los estribos y, alzando la voz, increpó al conductor preguntando si no tenía claro que su esposo no cometió ilícito alguno y que el delincuente es Ahumada.
Por la noche, los compañeros de Aristegui en Televisa Radio se convirtieron en sus jueces más severos. Adrián Trejo retomó la idea que ya se había manejado en noticiarios como el de Joaquín López Dóriga, Jacobo Zabludowsky y Ciro Gómez Leyva, entre otros. Dijo que la difusión del video se da en el contexto de la calificación de la elección presidencial y es una clara intromisión del gobierno cubano en asuntos internos de México.Luego, en el comentario conjunto con Salvador García Soto, señaló que en términos periodísticos, la divulgación del video no aporta mucho. Dijo: Carmen Aristegui hizo su trabajo; ella tiene sus fuentes, pero hoy ese material ya no tiene tanto valor periodístico y más bien se inscribe dentro de una estrategia política.
Como muchos otros comentaristas de noticias, Aristegui ha sido regañada en público y en privado por López Obrador y algunos de sus operadores como Claudia Sheinbaum y Federico Arreola, a pesar de que les ha brindado su apoyo.
Ahora es puesta en evidencia por los propios periodistas de Televisa radio y por otra ala de la estrategia de López Obrador. El sábado 21 de agosto, una vez que pudo medirse el efecto boomerang que provocó la difusión del video para los ultras del lópezobradorismo, Jaime Avilés escribió en La Jornada que no podía descartarse que el video hubiera sido filtrado por la campaña de Felipe Calderón.
La difusión del video de Ahumada se dio un día después de que Rosario Robles había denunciado la traición de López Obrador no sólo a ella, sino a Cuauhtémoc Cárdenas. López Obrador utilizó a Rosario Robles para ganar la elección como jefe de Gobierno y luego la persiguió cuando vio que podía convertirse en un obstáculo para sus planes de apoderarse del PRD y de la candidatura a la Presidencia.La maniobra propagandística se dio también en momentos en que crece la percepción de que la izquierda pensante y moderna no tiene cabida en el lópezobradorismo.
El caudillo exige total sumisión y la renuncia a todo pensamiento propio. Algunos políticos, intelectuales y periodistas han tenido el valor de declarar públicamente que, aunque votaron por López Obrador, hoy no están dispuestos a seguirlo en su nueva aventura.
Ojalá y los detalles de este episodio propiciaran otra larga noche de reflexión por parte de Carmen Aristegui, con mejores resultados para ella, para el periodismo y para la izquierda pensante.
*Regina Santiago Núñez fue analista política para la página de internet de CNN en español con la columna La Transición Política en México. Actualmente participa en el observatorio de medios de la Universidad Iberoamericana.
rsantiagmx@yahoo.com.mx

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