Dijo AMLO en la "asamblea" realizada a las afueras del TEPJF el pasado 7 de agosto: "la transformación del país es nuestro objetivo superior".
Vamos, aunque no les guste a nuestros adversarios, lo voy a decir, vamos a purificar la vida pública, vamos a llevar a cabo una renovación tajante, una verdadera transformación de México".
Vamos, aunque no les guste a nuestros adversarios, lo voy a decir, vamos a purificar la vida pública, vamos a llevar a cabo una renovación tajante, una verdadera transformación de México".
Los muy jóvenes dirían que a López Obrador "ya lo perdimos": con un discurso así, este loco cada día esta más alejado de la realidad, Vive en el Pasado. el Peje convencido de que está destinado a encabezar la "purificación" nacional de México.
¿Alguien todavía duda de que el señor es un mesías tropical, como diría Krauze?
Es claro que López Obrador tiene una estrategia ya marcada como su guía para convertirse en el líder moral de este país, el Mesías salvador de la izquierda. Sus expresiones llevan una carga mística importante ligada a sus creencias y enseñanzas religiosas.
La "purificación de las instituciones”, principiando por el Tribunal Electoral que no le reconoció su fallido triunfo, es de un fanático loco y mesiánico. La purificación es para los infieles ciudadanos, es la bandera de grupos de religiosos fundamentalistas con el fin de acabar con quienes no piensan igual que ellos.
La mentira será usada como su regla de oro y la de su pandilla.
Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad. Esta es la máxima más famosa de Joseph Goebbels, precursor de la propaganda política moderna Nazi ,(ministro imperial, para el Esclarecimiento del Pueblo y Propaganda ese era su título oficial ) durante el régimen nazi, presidido por Adolf Hitler ,
El indudable genio de Goebbels fue, desafortunadamente, puesto al servicio de una causa, y un líder nefasto que con propaganda lograron que un pueblo lo siguiera en su locura antisemita.
El indudable genio de Goebbels fue, desafortunadamente, puesto al servicio de una causa, y un líder nefasto que con propaganda lograron que un pueblo lo siguiera en su locura antisemita.
Purificados y morenitos. Esto lo traigo a colación porque, si bien los principios goebbelianos se aplican en toda propaganda política, resulta que, en los últimos dos días, López Obrador ha hecho dos declaraciones que remiten a dos deplorables ejes discursivos que utilizó Hitler en su meta discurso:
a) el eje de la purificación de la política y la sociedad para “salvar” a Alemania,
a) el eje de la purificación de la política y la sociedad para “salvar” a Alemania,
(en este caso a México).
b) el eje del discurso racial como confrontador y movilizador de las masas (arios contra judíos).
Ambos ejes ahora son utilizados por El Peje. El domingo usó el de la etnicidad, al acusar a sus adversarios de “racistas y discriminadores”. Y el del “saneamiento” público lo utilizó en el TEPJF cuando se refirió a la necesidad de “purificar la vida pública” del país. Pero esas no son las únicas coincidencias con el método de proselitismo utilizado por los nazis. El único racismo es el que inventan los líderes demagógicos para desunir, fomentar la discordia y la lucha de clases (ricos contra pobres).
Ahí van los once principios de Goebbels, resumidos y aplicados en Lopez Obrador y su pandilla:
1. Principio del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo (ejem, primero los pobres); individualizar al adversario en un único enemigo (ejem, los de arriba).
2. Principio del contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría (ejemplo, la derecha) o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada (ejemplo, Fox, El Innombrable, Azuela, el PRI, el PAN, los medios, el IFE, etcétera).
3. Principio de transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan” (ejemplo, mala noticia: perdieron el 2 de julio; invento: fraude electoral).
4. Principio de exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave (ejemplo, los representantes del PRD en las casillas se vendieron a nuestros adversarios).
5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular y elemental. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar (ejemplo, yo les pregunto, ¿nos quedamos aquí, sí o no? ¡Síiiiiiii!!!). La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión, escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar. (ejemplo, voy a respetar el resultado del IFE, así sea por un voto).
6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez sobre el mismo concepto. De aquí la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad” (ejemplos: es un compló; vamos 10 puntos arriba; ganamos el 2 de julio).
7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. (Ejemplo, fraude cibernético contra fraude a la antigüita, contra fraude aritmético…).
8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, mediante los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias (ejemplo, las cajas vacías, Hildebrando, el “algoritmo” y el PREP, etcétera).
9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines (ejemplo, AMLO “no sabía” de Bejarano; falta de transparencia, etcétera).
10. Principio de la transfusión. La propaganda opera a partir de un sustrato preexistente, una mitología o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas (ejemplo, arriba los de abajo; nos quieren destruir; No nos vamos a dejar)… 11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad (ejemplo, ¡voto por voto, casilla por casilla!, ¡voto por voto, casilla por casilla...!)
RLB
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