jueves, 21 de septiembre de 2006

AMLO enredado en sus contradicciones. PRD ¿ruptura del orden constitucional?

La farsa de un caudillo que se auto nombra
presidente de la república
al margen de la legalidad constitucional

La izquierda perredista fue borrada por López Obrador.
No sólo como partido heredero del Partido Comunista Mexicano,
sino como organización plural de movimientos de izquierda


1.- Andrés Manuel López Obrador quedó atrapado en sus propias contradicciones: su movimiento perdió eficacia y seriedad con su auto designación como “presidente legítimo de la república”, pero lamentablemente para él sin ese cargo su liderazgo se hubiera diluido.

2.- Además de la necesidad de ostentar un cargo para fortalecer su posición como jefe máximo o caudillo, en el fondo López Obrador padece de una patología por el poder: por eso el sábado llegó formalito, bien peinado, con un traje oscuro impecable, camisa blanquísima y corbata amarrilla a asumir con humildad el cargo de… usurpador de la república. En realidad se tomó muy en serio su designación.

3.- El artículo 80 de la Constitución señala: “se deposita el ejercicio del supremo poder ejecutivo de la Unión en un solo individuo que denominará presidente de los Estados Unidos Mexicanos”. Asimismo, el 87 constitucional señala que el presidente de la república presentará su protesta al cargo “ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, ante los recesos de aquél”. Y en su jura del cargo, el presidente “protestará guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen”.

4.- Por tanto, López Obrador es ya un presidente usurpador. El cargo de “presidente legítimo” es inexistente y sólo funciona en la mente enfebrecida del candidato perredista perdedor. Y el presidente legítimo y legal protestará en la sede del Congreso de la Unión.

5.- El PRD, el PT y Convergencia fueron usados como avales de un acto contrario a la Constitución. Una cosa era jefe de la resistencia o presidente de los plantones Zócalo-Periférico y otra utilizar tramposa y mañosamente un cargo que no existe en la Constitución para responder al delirio del lumpen que fue acarreado al Zócalo. López Obrador realmente cree que es el presidente legítimo de la república.

6.- El saldo final de la convención nacional democrática fue una severa derrota de la izquierda como alternativa política. En los documentos y el programa de gobierno de la CND no hay ni una idea de izquierda. Sólo la obsesión y obstinación de un candidato presidencial que juró respetar las leyes y que las ha violado con impunidad.

7.- La lógica política de López Obrador no es la de un político sino la de un caudillo. Y el comportamiento de las masas está ajeno a una movilización política racional. López Obrador ha logrado transmitirle a las masas el odio político al adversario y el resentimiento social contra el sistema que lo prohijó y que lo protege con la legalidad estirada.

8.- López Obrador sabe que, como personaje de Alicia a través del espejo, tiene que caminar más de prisa para permanecer en el mismo lugar. Y que si quiere avanzar, debe de hacer el doble del esfuerzo. El plantón en el corredor Zócalo-Periférico fue sólo para llamar la atención y para tener un espacio físico para sus conferencias diarias. Por tanto, la auto designación como presidente legítimo de la república lleva la misma lógica: jalar la atención de los medios y mantener enardecida a la multitud.

9.- La izquierda perredista fue borrada por López Obrador. No sólo como partido heredero del Partido Comunista Mexicano, sino como organización plural de movimientos de izquierda. El Frente Amplio con el PT y Convergencia es el fermento de un nuevo partido político. La CND enterró al PRD. Sólo que el nuevo partido será excluyente y de conformación populista en torno a un caudillo con ideas populistas y no de izquierda.

10.- Los gobernadores, legisladores y munícipes del PRD están ahora obligados a decidir su lealtad: con el orden constitucional que puede ser modificable por la vía de los acuerdos legislativos y la farsa de un caudillo que se auto nombra presidente de la república al margen de la legalidad constitucional. Los perredistas ya no pueden eludir el bulto: o apoyan a López Obrador o reafirman su lealtad al orden constitucional.

11.- Seguidores de López Obrador han comenzado a tomar distancia no del movimiento social sino de la obsesión del tabasqueño por ser presidente de la república. Miguel Ángel Granados Chapa, Luis Villoro, Juan Villoro y Manuel Camacho, entre otros, han pasado penas ajenas por justificar el auto nombramiento de López Obrador, aunque rescatando el movimiento político de la CND.

12.- Sin embargo, López Obrador tiene muy claras sus prioridades: primero está su cargo como presidente legítimo de la república y después las tareas políticas del movimiento rebelde.

13.- La clave de los espacios de López Obrador la dio el politólogo Octavio Rodríguez Araujo: no asumirse como oposición porque un opositor se reconoce como derrotado, sino abrir un nuevo espacio político que no reconozca el proceso electoral y que vaya más allá de los comportamientos tradicionales de una oposición.

14.- Por tanto, López Obrador será un presidente paralelo de la república. Pero como nada más hay una república, entonces López Obrador quedará reducido a un presidente bizarro, pero no por gallardo sino en su acepción francesa de extravagante, caprichoso, fantasioso.

15.- Al final, López Obrador dio un paso en falso porque abrió un frente de debate con su auto nombramiento y le dio más importancia al cargo que al movimiento social. Las discusiones ahora ya no son sobre la alternativa que pudiera representar el movimiento poselectoral del lopezobradorismo sino sobre la comicidad de quien el próximo 20 de diciembre va a hacer pedazos la Constitución, jurará sobre ella y recibirá una banda presidencial que simbolizará el humor involuntario de un movimiento de masas orientado a satisfacer las pasiones terrenales y mediáticas de un agitador social.
Por Carlos Ramírez, indicador-politico

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